7 hábitos comunes que pueden disparar el azúcar en sangre

Mantener el nivel de glucosa en sangre dentro de un rango saludable es uno de los mayores retos para millones de personas con diabetes o en riesgo de desarrollarla.
Los expertos señalan que, aunque las variaciones en el azúcar son parte del funcionamiento normal del cuerpo, los problemas aparecen cuando estos niveles permanecen elevados y se alejan de los valores recomendados.
La variabilidad en la glucosa puede estar influenciada por diversos factores cotidianos, como el uso de ciertos medicamentos, el manejo deficiente del estrés, la deshidratación, la falta de sueño o algunos hábitos alimenticios.
Rebecca Jaspan, experta en educación y nutrición para la diabetes, explicó que después de cada comida, la glucosa en sangre sube, lo que provoca la liberación de insulina, la hormona que facilita la entrada del azúcar a las células para ser usada como energía.
Cuando este proceso falla, ya sea por resistencia a la insulina o por una producción insuficiente, se generan picos prolongados de glucosa que, si se repiten, pueden causar problemas de salud.
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Estrés: un factor silencioso que afecta el control de la glucosa
El estrés crónico es uno de los factores menos considerados pero más importantes. Frente a un estrés agudo, el cuerpo libera cortisol y adrenalina, hormonas que elevan rápidamente la glucosa para preparar al organismo a reaccionar. Sin embargo, si el estrés se mantiene en el tiempo, el azúcar elevado en sangre puede persistir y reducir la eficacia de la insulina. Los especialistas en diabetes destacan que el estrés emocional constante no solo afecta la salud mental, sino también el control de la glucosa y la salud general.
Lauren Plunkett, nutricionista certificada y persona con diabetes tipo 1, comentó que el estrés emocional sostenido puede desencadenar problemas de salud a largo plazo.
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Ejercicio intenso: beneficios y desafíos para la glucosa
El ejercicio regular es fundamental para controlar la glucosa, ya que mejora la sensibilidad a la insulina, la circulación y ayuda a mantener un peso saludable. Sin embargo, actividades físicas muy intensas pueden provocar aumentos temporales de azúcar en sangre debido a la liberación de adrenalina y glucosa por parte del hígado para abastecer la energía requerida. Aunque este aumento suele ser pasajero, quienes tienen resistencia a la insulina o diabetes deben alternar la intensidad de sus rutinas y priorizar ejercicios moderados como caminar, pilates o levantamiento de pesas con poco peso. -
Medicamentos: efectos inesperados sobre el azúcar
Ciertos medicamentos para enfermedades no relacionadas con la diabetes pueden alterar el metabolismo de los carbohidratos y provocar elevaciones involuntarias en la glucosa. Entre ellos están glucocorticoides, antipsicóticos, estatinas, betabloqueantes, diuréticos, inmunosupresores y tratamientos hormonales. Por eso, los especialistas insisten en que los pacientes informen a sus médicos sobre cualquier medicamento que tomen y no modifiquen su tratamiento sin supervisión. -
Hidratación: un factor simple pero clave
La cantidad de agua consumida influye directamente en la concentración de glucosa en sangre. La deshidratación reduce el volumen sanguíneo, concentrando el azúcar y aumentando el riesgo de hiperglucemia. Se recomienda para adultos beber entre 91 y 125 onzas diarias, incluyendo líquidos provenientes de los alimentos. Un buen indicador del estado de hidratación es el color de la orina, que debería ser amarillo claro. -
Productos etiquetados como “sin azúcar”: cuidado con los carbohidratos
Las etiquetas “sin azúcar” o “sin azúcar añadido” pueden ser engañosas y no garantizan bajos niveles de carbohidratos, los principales responsables de la elevación postcomida de glucosa. La Asociación Americana de Diabetes advierte que un consumo excesivo de estos productos puede elevar la glucosa igual que alimentos normales. Por eso, leer etiquetas y consultar especialistas ayuda a evitar aumentos inesperados. -
Sueño: un aliado esencial para el metabolismo de la glucosa
Dormir menos de seis horas por noche aumenta el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y dificulta el control glucémico en quienes ya la tienen, favoreciendo la resistencia a la insulina. También puede elevar los niveles de hemoglobina A1C, un marcador clave para el seguimiento. Se recomienda mantener una rutina de sueño estable y descansar entre siete y nueve horas diarias. -
Exposición al sol y su impacto en la glucosa
Estar mucho tiempo bajo el sol puede causar quemaduras que generan estrés hormonal, elevando el azúcar en sangre. Las personas con diabetes deben protegerse bien y limitar la exposición directa.
Otros factores menos evidentes
El azúcar en sangre puede subir por costumbres como saltarse el desayuno, tomar demasiado café, usar spray nasal o descuidar la salud bucal. Estos hábitos, aunque parecen inocuos, afectan el metabolismo y requieren atención para evitar complicaciones.
Importancia de la autovigilancia
Identificar qué hábitos diarios elevan el azúcar permite implementar estrategias personalizadas, consultar con profesionales y reducir riesgos a largo plazo. Comprender cómo los hábitos influyen en el control glucémico es fundamental para mantener la salud.
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