Accidente frena a rescatista y busca apoyo riesgo para alimentar a sus animales 

Tras un accidente grave, rescatista monclovense lucha por sanar y seguir alimentando a animales rescatados

Las ruedas de una camioneta cambiaron la vida de Julio César Arévalo en segundos. Un descuido, un cambio puesto y el vehículo pasó por encima de su cuerpo, dejándolo gravemente lesionado e imposibilitado para trabajar. Hoy, postrado y con dolor constante, su mayor angustia no es solo su recuperación, sino cómo seguirá alimentando a los animales que ha rescatado.

El accidente ocurrió el pasado 8 de diciembre.

Julio explica que quedó atrapado bajo la camioneta, sufriendo múltiples golpes en todo el cuerpo. La peor parte fue para su brazo izquierdo, que resultó fracturado y requiere una operación que, por ahora, no puede realizarse por falta de material médico. La inflamación y el dolor le impiden caminar con normalidad y retomar cualquier actividad laboral.

Un trabajador independiente sin ingresos.

Julio se dedica a trabajar por su cuenta. No cuenta con empleo fijo ni con seguridad social, por lo que tras el accidente se quedó completamente sin ingresos. Actualmente, depende del apoyo familiar para cubrir gastos básicos, mientras espera una cita médica programada para el 22 de enero, en la que se definirá si el material necesario para su cirugía llega a Monclova.

Un rescatista con 14 bocas que alimentar.

Más allá de su propia situación, Julio carga con una responsabilidad que no puede pausar: el cuidado de 14 perritos rescatados que viven con él. Además, todos los días solía alimentar a varios más en la calle, como parte de una labor solidaria que realizaba con recursos propios antes del accidente.

La preocupación diaria por la comida.

Hoy, sin poder trabajar y con gastos médicos encima, alimentar a sus animales se ha convertido en una lucha diaria. “Lo primordial es seguir dándoles de comer”, comparte. La falta de ingresos ha hecho imposible cubrir croquetas y cuidados básicos, poniendo en riesgo el bienestar de los perros que dependen totalmente de él.Julio hace un llamado a la comunidad para recibir apoyo, ya sea en alimento para perros o donativos económicos. Quienes deseen ayudar pueden comunicarse directamente con él al teléfono 866 178 83 85, acudir a su domicilio o realizar aportaciones a la cuenta bancaria 5512 3824 2235 5950, a nombre de Ana Patricia García González, su esposa, en Banco Azteca.

Ayudar también es salvar vidas.

Mientras Julio enfrenta el dolor físico y la incertidumbre médica, sus animales esperan. La solidaridad puede marcar la diferencia para que este rescatista siga cuidando a quienes no tienen voz, incluso cuando él mismo necesita apoyo para levantarse nuevamente.

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