Adiós a Javier Castillo, un baterista que dejó huella

Familia y músicos despiden hoy al querido baterista monclovense.

Javier Castillo Tijerina, reconocido baterista de Los Comisarios del Norte quien destacó en la música regional, falleció este lunes, dejando un profundo vacío entre colegas, familiares y seguidores. Su despedida se realiza hoy en la Funeraria Latinoamericana, sobre el bulevar Madero, donde decenas de personas se han reunido para honrar su memoria.

Su hermano y compañero de escenario, Rafael Castillo, lo recuerda como un músico excepcional y un hombre aún más grande en carácter, alegría y humildad. Desde los noventa, ambos compartieron escenarios, sueños e historias, siempre guiados por el legado musical que heredaron de su padre, el también músico Polo Castillo, fallecido hace 11 años.

Un legado nacido en familia.

Rafael relata que la música siempre fue el hilo conductor en la familia Castillo. Tras la muerte de su padre, los hermanos continuaron con el proyecto musical que él inició, formando parte de un movimiento grupero local que durante años ha sido referente en la región centro del estado. Javier en la batería, “Ponle” en el saxofón y Rafael en la animación conformaban un trío inseparable tanto en los escenarios como fuera de ellos.

El entrevistado recuerda que el estilo de Javier era único. Su forma de tocar rancheras, huapangos, chotises y redovas lo distinguía en el ambiente norteño. “Tenía un estilo muy peculiar, muy suyo. No cualquiera toca la batería norteña como él”, comenta con orgullo.

Un hombre alegre que llenaba de risas cada reunión. Además de su talento, Rafael destaca el carácter de Javier: alegre, bromista, siempre rodeado de amigos. “Mi hermano era pura risa, pura amistad. Muy sencillo y querido en la onda grupera”, comparte visiblemente afectado.

Las muestras de cariño no se han hecho esperar. Músicos de Monclova, Ciudad Frontera y municipios cercanos han enviado condolencias a la familia, reconociendo la trayectoria y calidez humana de Javier.

Sus últimas palabras y la lucha por su salud.

Rafael confesó que en los últimos días, Javier enfrentaba complicaciones respiratorias que se agravaron pese a la atención de su familia. Aun así, entre los últimos momentos que compartieron, él les pidió seguir adelante. “Echarle ganas, seguir con la música”, fueron algunas de sus palabras.

Un padre que deja un profundo amor.

Javier Castillo deja en vida a tres hijas: Cassandra, Ana y Sofía, quienes hoy reciben el abrazo solidario de la comunidad musical y de todos aquellos que lo conocieron.

Hoy, Monclova despide no solo a un gran músico, sino a un hombre que supo tocar almas más allá del escenario.

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