El reciente terremoto en Afganistán dejó más de 800 muertos y miles de heridos, revelando la vulnerabilidad del país ante catástrofes naturales.

Más de 812 personas murieron y unas 2,700 resultaron heridas tras el terremoto que golpeó el este de Afganistán este domingo, en la provincia de Kunar.

Afganistán se ubica sobre la colisión de la placa índica y la placa euroasiática, lo que ha formado la cordillera del Hindu Kush, una de las regiones más sísmicamente activas del mundo. Los sismos suelen ser poco profundos, liberando energía muy cerca de la superficie y aumentando la destrucción.

El terreno montañoso y aislado de Kunar, la provincia más afectada, complica la llegada de los equipos de rescate, dejando a comunidades enteras incomunicadas durante días.

La vulnerabilidad de las construcciones

La mayoría de las viviendas en Afganistán están hechas de ladrillo de barro, paja o piedra sin refuerzo, materiales extremadamente frágiles ante movimientos sísmicos. En lugar de resistir, estas estructuras colapsan de forma repentina, aplastando a los habitantes.

La pobreza endémica impide el uso de técnicas de construcción seguras, lo que aumenta la mortalidad en cada desastre.

Edificios dañados tras un terremoto en Kunar, Afganistán, el 1 de septiembre de 2025. Al menos 800 personas murieron y unas 2.000 resultaron heridas tras un terremoto superficial de magnitud 6,0 ​​y varias réplicas que sacudieron Nangarhar y Kunar, en el este de Afganistán, durante la noche, informaron las autoridades el lunes. Foto: EFE

Las cicatrices de la guerra y el aislamiento

Con más de cuatro décadas de conflicto armado, Afganistán enfrenta una infraestructura devastada: carreteras, hospitales y comunicaciones están en condiciones precarias.

Esto convierte las operaciones de rescate en una pesadilla logística, pues los equipos de ayuda tardan días en alcanzar las aldeas afectadas, a menudo bloqueadas por deslizamientos de tierra provocados por los propios sismos.

Un Estado sin recursos para responder

El Estado afgano, bajo el régimen talibán, carece de recursos para enfrentar una catástrofe de tal magnitud. No cuenta con equipos de rescate urbanos especializados, ni con suficientes helicópteros, ni con un sistema sanitario capaz de atender miles de heridos.

El aislamiento internacional agrava la situación, retrasando la llegada de la ayuda humanitaria crucial para los damnificados.

Al menos 600 personas han muerto y unas 2.000 han resultado heridas después de que un fuerte terremoto de magnitud 6,0 y varias réplicas sacudieran en la noche del domingo el este de Afganistán, informaron este lunes fuentes oficiales. El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) situó el epicentro del sismo principal, de magnitud 6,0, a 27 kilómetros al este de la provincia de Nangarhar y a una profundidad de ocho kilómetros, lo que suele amplificar el poder de destrucción. Foto: EFE