Afición despide con aplausos a Tomas García
La afición recordó a Tomas como un pelotero muy destacado quien impulso el beisbol infantil

En una escena cargada de emoción y memoria, familiares, amigos y amantes del beisbol de Piedras Negras se dieron cita en el campo del Club Trípoli para rendir un sentido homenaje póstumo a Tomás García, mejor conocido como “Tomy”, uno de los peloteros más queridos y destacados de la región. Su legado como jugador, mentor y promotor del deporte fue recordado entre aplausos, lágrimas y un profundo respeto por su trayectoria.
El campo que tantas veces lo vio triunfar fue el escenario ideal para despedir al hombre que conectó incontables batazos y regaló múltiples alegrías a su afición. Tomy no solo fue un referente en el diamante; también fue una figura entrañable que supo forjar amistades duraderas dentro y fuera del terreno de juego.
El homenaje comenzó con una reseña de su carrera, leída por Óscar Muñoz, compañero de Tomás en la Liga del Norte. En su lectura, Muñoz rememoró los años en los que García brilló en la Liga Mexicana, especialmente con los Tigres del México, equipo con el que alcanzó notoriedad a nivel nacional. Tras su paso por el circuito profesional, Tomás regresó a su tierra para integrarse a distintos equipos del beisbol regional, donde dejó una huella imborrable no solo por su talento, sino por su compromiso con el desarrollo del deporte.
Más allá de los logros personales, Tomy dedicó gran parte de su tiempo a impulsar el beisbol infantil, organizando torneos y motivando a nuevas generaciones de jugadores. Su interés genuino por el crecimiento del deporte entre los más pequeños lo convirtió en un formador natural, admirado por padres y niños por igual.
Uno de los momentos más conmovedores del acto fue protagonizado por Santiago Ramírez, exmánager del Trípoli y amigo cercano de Tomás, quien no pudo contener las lágrimas al recordar a quien consideró más que un compañero de equipo: un verdadero hermano.
El homenaje culminó con un gesto profundamente simbólico: el recorrido del féretro por las bases del campo, como si Tomy conectara su último cuadrangular. En primera base, un grupo de amigos tomó el ataúd de manos de los familiares y lo llevaron hasta segunda, donde otros compañeros continuaron el recorrido hasta tercera. Al llegar a home, el clamor unánime de “¡Vamos Tomy!” rompió el silencio, acompañando el cierre de una trayectoria que siempre estuvo ligada al diamante.
La escena fue un reflejo del cariño y respeto que la comunidad beisbolera de Piedras Negras siente por Tomás García. Cada paso, cada lágrima, cada aplauso, reafirmaron el impacto que tuvo en generaciones enteras que lo vieron jugar, lo escucharon aconsejar o simplemente lo conocieron como un hombre bueno que vivió para su pasión: el beisbol.
Su nombre quedará inscrito en la memoria deportiva de la ciudad, no solo por sus logros en el terreno de juego, sino por el legado que deja en quienes hoy siguen sus pasos. Tomy demostró que la grandeza de un pelotero no solo se mide en carreras anotadas o partidos ganados, sino en la capacidad de inspirar, de enseñar y de sembrar pasión por el deporte.
Con este emotivo homenaje, Piedras Negras despidió a uno de sus grandes. El campo del Trípoli, su segunda casa, fue testigo de su adiós, y cada rincón de ese lugar —desde el montículo hasta las gradas— llevará por siempre el eco de sus batazos, de sus consejos y del afecto de su gente.
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