Algunos pueden reducir gradualmente los antidepresivos sin riesgo de recaída

Una nueva revisión de la evidencia indica que, en ciertas personas, es seguro disminuir de manera progresiva el uso de antidepresivos una vez que los síntomas de depresión han desaparecido, en lugar de mantener el tratamiento farmacológico de forma indefinida.
De acuerdo con el análisis, quienes redujeron gradualmente los antidepresivos mientras recibían acompañamiento psicológico presentaron un riesgo de recaída similar al de aquellos que continuaron con la medicación, ya fuera con o sin terapia. Estos hallazgos fueron publicados en la edición de enero de 2026 de The Lancet Psychiatry.
“Nuetros resultados sugieren que, aunque los antidepresivos son efectivos para prevenir recaídas, no necesariamente deben considerarse un tratamiento permanente para todos los pacientes”, señaló Debora Zaccoletti, investigadora en psiquiatría de la Universidad de Verona, Italia.
No obstante, los autores subrayaron que esto no implica que los antidepresivos sean innecesarios ni que la psicoterapia por sí sola sea suficiente en todos los casos. Más bien, los datos indican que algunas personas pueden suspenderlos de forma paulatina sin aumentar el riesgo de recaída.
Según el estudio, una reducción gradual del tratamiento, acompañada de apoyo psicológico, podría evitar una recaída en una de cada cinco personas, en comparación con suspender el medicamento de manera abrupta o disminuir la dosis con demasiada rapidez.
“El mensaje es que cualquier persona que esté pensando en dejar los antidepresivos debe hacerlo siempre en conjunto con su médico, para definir la mejor estrategia”, explicó el Dr. Giovanni Ostuzzi, profesor de la Universidad de Verona.
Para esta revisión, los investigadores analizaron datos de 76 ensayos clínicos previos que incluyeron a casi 17 mil 400 participantes.
“La depresión suele ser un trastorno recurrente y, sin tratamiento continuo, hasta tres de cada cuatro personas con depresión recurrente experimentan una recaída en algún momento”, advirtió Ostuzzi.
El especialista recordó que las guías clínicas recomiendan mantener los antidepresivos durante un periodo tras la remisión y después valorar su suspensión, aunque en la práctica clínica el tratamiento con frecuencia se extiende más de lo sugerido por las directrices.
El equipo comparó distintas estrategias tras la recuperación de la depresión, entre ellas: suspender el fármaco de forma abrupta, reducirlo rápidamente en cuatro semanas o menos, disminuirlo lentamente durante más de cuatro semanas, bajar la dosis en al menos 50 por ciento o continuar con la dosis habitual.
Los resultados mostraron que la reducción progresiva acompañada de apoyo psicológico fue tan efectiva para prevenir recaídas como mantener una dosis estándar del medicamento.
Zaccoletti destacó que alternativas seguras como el acompañamiento psicológico —incluidas terapias cognitivo-conductuales y basadas en mindfulness— pueden ser herramientas prometedoras, incluso a corto plazo. Sin embargo, también señaló que su implementación requiere recursos sanitarios importantes, por lo que es necesario priorizar intervenciones más accesibles, rentables y que puedan ofrecerse a distancia.
El análisis también encontró que mantener una dosis reducida de antidepresivos ofrece mejores resultados que suspenderlos de golpe o disminuirlos de manera acelerada.
Aun así, en un editorial que acompaña al estudio, el psiquiatra Dr. Jonathan Henssler apuntó que los mejores desenlaces para los pacientes se observaron con estrategias que mantenían el tratamiento antidepresivo.
“Este hallazgo recuerda la gravedad y el carácter crónico de la depresión en muchos casos y, pese al deseo de acortar la duración de la farmacoterapia, pone en evidencia las limitaciones actuales de las terapias antidepresivas para lograr una curación definitiva”, escribió Henssler, especialista en psiquiatría y neurociencias en la Charité–Universitätsmedizin de Berlín.
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