Alza al salario mínimo: alivio para unos, presión para otros

El alza al salario mínimo para 2026 volvió a dividir opiniones: mientras trabajadores celebran un ingreso más digno, economistas y empresarios advierten que el beneficio podría diluirse entre inflación, mayores cargas fiscales y riesgos de informalidad.
El aumento del 13% al salario mínimo, que lo colocará en 315.04 pesos diarios el próximo enero, ha sido presentado como un avance social; sin embargo, especialistas consultados coinciden en que su impacto real dependerá de si la economía crece al mismo ritmo y si el gobierno acompaña la medida con incentivos que eviten presiones inflacionarias, despidos y pérdida de competitividad.
Para el economista Luis Fernando Hernández, el incremento salarial, aunque bien intencionado, llega en un momento delicado para la economía nacional. Calificó la medida como “temeraria”, especialmente porque el país mantiene niveles bajos de productividad y un crecimiento del PIB cercano a cero.
Una mejora necesaria, pero con costos ocultos
Explicó que elevar el salario mínimo hasta equivaler a cerca de 9,800 pesos mensuales puede presionar fuertemente a talleres, pequeñas empresas y comercios:
“Son las PyMES las que resentirán el impacto más severo. No sólo se encarecen las nóminas, también aumenta el costo de los insumos y esto puede derivar en despidos o freno a nuevas inversiones”.
Hernández advirtió que el riesgo más preocupante es el aumento de la informalidad, sobre todo en regiones con poca actividad industrial. Además que al subir el ingreso, también sube el ISR, lo que reduce el beneficio para el trabajador:
El trabajador sindicalizado ve esperanza, pero pide condiciones
Del otro lado, el líder obrero Mario Dante Galindo Montemayor, secretario general de la CTM en Frontera, reconoció que el aumento salarial es positivo, aunque la mayoría de los trabajadores sindicalizados ya perciben más de un salario mínimo.
Destacó que lo realmente importante será cómo enfrentarán el 2026, año marcado por reformas laborales, reducción gradual de la jornada a 40 horas y negociaciones contractuales más complejas.
Galindo subrayó que el verdadero golpe para los trabajadores no proviene del salario, sino de los impuestos, “Nos quitan hasta 21% de la Participación de los Trabajadores en las Utilidades (PTU) y entre 12 y 16% del Impuesto Sobre la Renta (ISR). Pedimos al sistema político que revise esta carga. No queremos aumentos ciegos; queremos incrementos que no arriesguen la fuente de empleo”.
Aun así, el líder sindical consideró indispensable mantener una negociación responsable, “Estamos a favor del aumento, pero debe estar estudiado, analizado y acompañado de una reforma fiscal que no quite al trabajador lo que ya ganó”.
El comercio: ingresos más altos, pero más gastos también
El presidente de Canaco, Óscar Mario Medina reconoció que el aumento del 13% ya se veía venir, pero adviertió que traerá ajustes “dolorosos” para parte del sector comercial.
Mencionó que, además del incremento directo, suben automáticamente las cuotas al IMSS, al Infonavit y otros tabuladores, lo que obliga a muchos negocios a replantear su estructura:
“Hay comercios que ya planean recortar de tres a cuatro empleados sólo para cerrar el año. Enero será pesado para todos”.
Aunque aplaude que el salario alcance dos canastas básicas, pide al gobierno apoyar a las pequeñas empresas con incentivos y financiamiento, algo que, aseguró, el actual sexenio ha ido abandonando.
La industria manufacturera: “vamos perdiendo competitividad”
El presidente de Canacintra Monclova, Jorge Mtanous, consideró que los aumentos deberían reflejar estrictamente la inflación, no rebasarla.
“No entiendo quién hace esos estudios. No hay crecimiento económico y aun así los aumentos no bajan de dos dígitos”.
Mtanous afirmó que subir el salario sin acompañarlo de incentivos fiscales pone a las empresas mexicanas en desventaja frente a países como China, donde la mano de obra es mucho más barata:
“Los salarios mínimos sirven de base para todos los cálculos de pago al gobierno. Subirlos tanto nos resta competitividad. ¿Qué quiere el gobierno? ¿Que todo venga de China?”.
Para él, la falta de congruencia entre inflación y salario podría terminar ahorcando a pequeñas y medianas industrias:
Beneficios y desventajas: el espejo de la realidad
(De acuerdo a información de cámaras empresariales, economista y CTM)
Beneficios del aumento
-Mejora el ingreso de los trabajadores que menos ganan.
-Permite cubrir hasta dos canastas básicas, según objetivos del Gobierno Federal.
-Eleva el poder adquisitivo de forma inmediata.
-Reduce brechas salariales y mejora condiciones mínimas en algunas regiones.
-Impulsa el consumo interno en el corto plazo.
Desventajas y riesgos
-Incrementa los costos de operación para PyMES y comercios.
-Puede detonar inflación al aumentar costos de producción y servicios.
-Dispara impuestos retenidos al trabajador, disminuyendo el beneficio real.
-Incrementa cuotas de seguridad social y otras cargas patronales.
-Riesgo de despidos, recorte de personal o cierre de negocios.
-Fomenta crecimiento de la informalidad en regiones de baja actividad económica.
-Reduce la competitividad frente a países con mano de obra más barata.

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