Aumenta la demanda por la renta de quintas en Piedras Negras
El precio en el que se ofrecen es muy variado ya que depende de diversos factores.

Con la llegada del calor y el periodo vacacional, uno de los sectores que ha experimentado un notable repunte en Piedras Negras es el de las quintas recreativas, espacios que se han convertido en la opción favorita para la celebración de eventos sociales y reuniones familiares, ante la falta de parques acuáticos en la ciudad.
Actualmente, se estima que en la ciudad existen alrededor de 70 quintas registradas, la mayoría de ellas equipadas con alberca, áreas verdes, asadores, canchas deportivas y espacios techados, lo que las convierte en una alternativa atractiva para quienes buscan escapar del calor y disfrutar de un ambiente privado, especialmente los fines de semana.
Rony Ruiz, propietario de una de estas propiedades, explicó que la temporada alta para este giro comercial se extiende desde el mes de abril hasta octubre, cuando las temperaturas elevadas motivan a la ciudadanía a buscar espacios para refrescarse y convivir. Durante estos meses, la demanda por la renta de quintas aumenta hasta en un 70%, generando ocupaciones constantes de viernes a domingo, e incluso entre semana durante los periodos vacacionales escolares.
“Hay fines de semana que se rentan desde el viernes por la tarde y no se desocupan hasta el domingo por la noche. Algunas personas incluso hacen sus reservaciones con meses de anticipación, sobre todo para fechas clave como Día del Niño, Día de la Madre, o los días festivos de verano”, comentó.
Respecto a los precios, Ruiz detalló que el costo por renta puede variar considerablemente, dependiendo de diversos factores como la ubicación del lugar, la capacidad, los servicios que incluye, el tamaño de la alberca, el equipamiento adicional como juegos infantiles, mobiliario o incluso personal de apoyo como vigilantes o encargados de limpieza. En promedio, los precios oscilan entre los 3,500 y 7,000 pesos por día.
Este rango también puede modificarse si el cliente solicita el uso del espacio por horas específicas, si desea llevar a cabo un evento nocturno o si incluye servicios adicionales como equipo de sonido, luces, inflables o servicio de banquete. “Hay quintas que son más básicas, con lo mínimo indispensable, y otras que parecen verdaderos salones de fiestas con todo incluido. Eso es lo que marca la diferencia en el precio”, añadió el entrevistado.
Además de las celebraciones familiares, como cumpleaños, reuniones escolares o convivencias laborales, otro de los usos comunes que se les da a las quintas durante la temporada alta es como espacios para actividades religiosas, bautizos, primeras comuniones e incluso bodas informales, lo que amplía aún más su espectro de mercado.
El crecimiento en la demanda también ha impulsado la inversión en mejoras y mantenimiento de estos espacios, ya que los propietarios saben que un lugar limpio, con buena infraestructura y servicios funcionales garantiza no solo más reservas, sino una reputación sólida entre la comunidad. “Nos esforzamos en mantener las albercas en condiciones óptimas, ofrecer sombra suficiente y tener todos los servicios funcionando, porque eso genera recomendaciones y los clientes vuelven”, explicó Ruiz.
El auge de este tipo de espacios, sin embargo, también ha traído retos, especialmente en materia de regulación y control, ya que muchas quintas operan sin un registro formal o sin cumplir con lineamientos mínimos de seguridad, capacidad y salubridad. Aunque existen registros municipales y estatales, en muchos casos no hay una supervisión regular, lo que podría representar un riesgo para quienes rentan estos lugares sin conocer sus condiciones reales.
Por ello, usuarios frecuentes recomiendan verificar previamente las instalaciones, pedir referencias, asegurarse de que cuenten con medidas de seguridad, como cercado en la zona de albercas, baños adecuados, y salidas de emergencia, especialmente cuando hay menores de edad presentes.
En un contexto donde el calor extremo se ha vuelto una constante cada año, y ante la falta de parques acuáticos o espacios públicos suficientemente equipados para atender la demanda de esparcimiento familiar, las quintas han encontrado un nicho creciente en el mercado local.
Esta tendencia no solo representa una oportunidad económica para los propietarios, sino también un ejemplo de cómo la iniciativa privada ha logrado cubrir necesidades de recreación y convivencia que no siempre pueden ser satisfechas por la infraestructura pública existente.
Así, el crecimiento en la renta de quintas refleja tanto el ingenio de quienes emprenden en este sector como la constante necesidad de la ciudadanía por contar con espacios seguros, cómodos y funcionales donde compartir tiempo de calidad con sus seres queridos, particularmente en una ciudad donde el calor exige alternativas refrescantes y accesibles para todos los bolsillos.
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