Bañarse bien: los secretos de los expertos para una higiene saludable y una piel protegida

Tomar un baño diario suele considerarse una rutina automática, casi mecánica, pero la forma en que nos duchamos puede influir directamente en la salud de la piel y prevenir problemas como sequedad, irritación o incluso infecciones.
Dermatólogos y especialistas en higiene recomiendan ciertas prácticas para asegurar un baño adecuado y señalan errores comunes que conviene evitar.
¿Baño matutino o nocturno? Ambas opciones son correctas y dependen de las necesidades de cada persona. Ducharse por la mañana ayuda a activarse y preparar el cuerpo para el día, mientras que hacerlo por la noche favorece la relajación y un mejor descanso. Lo realmente importante no es la hora, sino cómo se realiza la higiene.
Temperatura del agua Se aconseja usar agua tibia, sin superar los 30 °C. El agua muy caliente puede dañar la barrera protectora de la piel, mientras que la fría puede resultar incómoda y no limpiar adecuadamente.
Pasos para un baño correcto El orden también es relevante. Los dermatólogos sugieren empezar por la cara, continuar con cuello y pecho, y luego seguir hacia abajo, evitando que el agua sucia de zonas superiores contamine áreas ya lavadas.
En cuanto a los productos, se debe usar jabón aplicándolo con suavidad; no es necesario emplear guantes ásperos o fibras que puedan irritar la piel. Las zonas que requieren mayor atención son axilas, ingle y pies, donde se acumulan bacterias y humedad. Limpiar los pies directamente es esencial, ya que dejar que la espuma escurra no es suficiente.
Duración del baño Permanecer demasiado tiempo bajo el agua es un error frecuente. Además de desperdiciar recursos, el exceso de humedad puede resecar la piel. Lo ideal es que la ducha no dure más de 10 minutos.
Secado adecuado El baño no termina al cerrar la llave. Secarse correctamente es fundamental: se recomienda usar una toalla suave y presionar la piel con cuidado, evitando frotar con fuerza para no dañarla.
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La imagen es común: el vapor de la regadera creando un efecto similar a un temazcal casero. Para muchos, la ducha con agua caliente es un momento de relajación, casi como un spa personal. No obstante, lo que parece un placer cotidiano puede tener tanto ventajas como riesgos, -- leer más
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