Burnout laboral: tres claves para recuperar energía

En medio de agendas sobrecargadas, reuniones interminables y bandejas de correo que parecen no vaciarse nunca, cada vez más personas sufren los síntomas del agotamiento laboral: fatiga física, mental y emocional.

Este desgaste, identificado por la Organización Mundial de la Salud como un síndrome vinculado al trabajo, no discrimina entre líderes de alto desempeño o empleados comprometidos; incluso quienes parecen manejarlo todo con eficacia pueden experimentarlo.

Recientemente, la revista Harvard Business Review (HBR) publicó un artículo en el que propone tres prácticas sencillas para aliviar los efectos del estrés crónico y fortalecer la resiliencia personal.

Se trata de una triada que invita a reflexionar, reencuadrar y restaurar, pasos que no solo ayudan a sobrellevar un día complicado, sino que también contribuyen a mantener el bienestar emocional a largo plazo.

Reflexionar: detenerse y reconocer emociones
La primera estrategia sugiere hacer una pausa durante la rutina para identificar lo que se siente y por qué. HBR recomienda responder cuatro preguntas clave: ¿qué estoy sintiendo?, ¿dónde lo noto en mi cuerpo?, ¿qué me quieren comunicar estas emociones? y ¿qué revelan sobre lo que me importa?

Anotar estas respuestas en un cuaderno o aplicación, sin juzgar ni invalidar ninguna emoción, ayuda a dar sentido a la experiencia. Además, compartir estos pensamientos con alguien de confianza —un colega o amigo— puede aliviar la carga emocional y proteger frente al agotamiento.

Reencuadrar: cambiar la perspectiva
La segunda práctica consiste en modificar la forma de ver las situaciones. En lugar de centrarse solo en el “vaso medio vacío”, se trata de identificar posibles aprendizajes o beneficios futuros de una experiencia adversa. La autocompasión es fundamental: hablarse a uno mismo con amabilidad, como lo haría un amigo cercano, ayuda a reducir la autocrítica y recuperar energía para continuar.

Restaurar: recargar energía emocional
El tercer paso busca reponer las reservas emocionales. No basta con dormir; se trata de encontrar actividades que nutran verdaderamente el bienestar personal. HBR sugiere cuatro enfoques:

• Desapego: evitar revisar correos fuera del horario laboral.

• Relajación: caminar al aire libre o escuchar música tranquila.

• Dominio: aprender una nueva habilidad o practicar un pasatiempo diferente.

• Control: decidir conscientemente qué compromisos aceptar y cuáles rechazar.

Integrar estas prácticas de manera constante ayuda a contrarrestar el burnout y a construir un sistema emocional más fuerte para afrontar los desafíos del trabajo actual.