La salud visual es una preocupación global que afecta a millones de personas. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, una de cada tres personas en el mundo presenta problemas de visión, y lo más preocupante es que el 80% de estos casos podrían prevenirse o revertirse.
Tras la pandemia de 2020, el confinamiento y el aumento del estrés agravaron las dificultades visuales, y se estima que para 2030, la mitad de la población mundial sufrirá algún tipo de problema en la vista.
Para hacer frente a esta situación, es vital adoptar hábitos saludables que favorezcan el bienestar ocular. Ainhoa de Federico, especialista en salud visual, sostiene que el deterioro de la visión no es algo inevitable con la edad, sino que depende del cuidado que demos a nuestros ojos.
Los malos hábitos, como el uso excesivo de dispositivos electrónicos, el sedentarismo y el estrés, contribuyen al deterioro de la vista.
El estrés emocional tiene un impacto relevante en la visión. Estudios indican que en el 88% de los casos existe una relación entre el deterioro emocional y la pérdida visual. Además, el mal uso de las pantallas, como no parpadear lo suficiente o mantener posturas inadecuadas, acelera los problemas oculares. Por ello, es fundamental aprender a utilizar estos dispositivos correctamente para proteger nuestros ojos.
El uso prolongado de gafas también puede resultar contraproducente. Un estudio del MIT señala que los ojos pueden volverse dependientes de las gafas, lo que empeora la visión más rápido. Ainhoa de Federico recomienda el uso de gafas estenopeicas, que tienen pequeños orificios en lugar de lentes, para fomentar hábitos saludables sin generar dependencia.
La alimentación también es clave para la salud ocular. Los ojos reflejan el estado del páncreas y el hígado, por lo que una dieta equilibrada es fundamental. Asimismo, es importante aprovechar la luz natural, ya que los ojos requieren de ella para funcionar correctamente. El uso excesivo de gafas de sol puede limitar la información que el cuerpo recibe, afectando sistemas como el endocrino e inmunológico.
Finalmente, la postura y la exposición a luces artificiales influyen en la salud visual. Una mala postura puede causar tensión en los músculos oculares y dificultar el enfoque. Además, la luz azul emitida por las pantallas inhibe la producción de melatonina, afectando el sueño. Técnicas como el palmeo y el asoleo pueden ayudar a mejorar la visión de manera natural.