En muchos hogares, los tinacos son esenciales para almacenar agua, especialmente en áreas con suministro irregular. Sin embargo, los modelos fabricados entre las décadas de 1940 y 1980 pueden contener asbesto, un material peligroso vinculado a enfermedades graves.
El Instituto Nacional del Cáncer (NIH) ha señalado que las fibras de asbesto no se disuelven en el agua, lo que puede contaminarla y representar un riesgo para la salud al ser ingeridas o al entrar en contacto con la piel.
El contacto prolongado con asbesto puede causar problemas de salud como:
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Asbestosis, una enfermedad pulmonar crónica.
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Mayor riesgo de cáncer en órganos como el estómago, colon, faringe y ovarios.
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Irritaciones en la piel y reacciones alérgicas.
¿Cómo identificar un tinaco de asbesto y prevenir riesgos?
Para evitar los peligros del asbesto, es crucial saber si tu tinaco contiene este material. Algunos indicadores son:
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Fecha de fabricación: Los tinacos de asbesto eran comunes hasta la década de 1980. Si el tuyo fue fabricado antes de esta fecha, es posible que contenga asbesto.
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Forma y apariencia: Suelen ser de forma ovalada, rectangular o horizontal, y tener un color gris con una textura rugosa.
Si sospechas que tu tinaco contiene asbesto, lo mejor es consultar a un especialista para confirmarlo y planificar su reemplazo.
La opción más segura es reemplazar el tinaco de asbesto por uno de polietileno, que no presenta riesgos para la salud, es ligero, duradero y fácil de limpiar. Asegúrate de elegir un modelo certificado para asegurar la calidad del agua almacenada.