Crean tortilla probiótica que no requiere refrigeración; se conservan hasta por un mes

Una nueva tortilla hecha con harina de trigo y probióticos, capaz de mantenerse en buen estado durante un mes sin necesidad de refrigeración, podría transformar la alimentación en comunidades sin acceso a energía eléctrica.

Esta propuesta fue desarrollada por la doctora Raquel Gómez Pliego, investigadora de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán de la UNAM, con el propósito de apoyar a poblaciones en situación de vulnerabilidad, especialmente donde la desnutrición infantil es un problema grave.

Pensada para entornos de pobreza extrema y con servicios básicos limitados, esta tortilla probiótica representa una opción saludable y económica frente a las versiones comerciales tradicionales. A diferencia de las tortillas industriales, que requieren aditivos para conservarse, esta innovación utiliza prebióticos y probióticos que mejoran la salud intestinal y prolongan la vida útil del alimento sin necesidad de conservadores ni refrigeración.

Una alternativa realista para hogares sin refrigerador
Gómez Pliego, especialista en enfermedades metabólicas, ideó este producto con base en la realidad de comunidades donde casi uno de cada tres niños indígenas padece desnutrición. En México, el 13.9 % de los menores de cinco años sufre desnutrición crónica, y en zonas indígenas la cifra se eleva al 27.4 %.

Esta solución resulta especialmente valiosa en lugares como Oxchuc, Chiapas, donde más del 90 % de los hogares no tiene refrigerador y aún se utilizan métodos tradicionales como el ahumado para conservar los alimentos.

“¿Cómo comprar un refrigerador si no hay dinero?”, se pregunta Teresa Sánchez, una mujer tseltal que comenta cómo su familia decide cada día qué alimentos pueden comer antes de que se echen a perder. En estas condiciones, un alimento que dure semanas sin necesidad de frío mejora significativamente la seguridad alimentaria.

Además, el cambio climático ha agravado el problema: en Chiapas, la temperatura ha subido más de dos grados en la última década, lo que dificulta aún más la conservación de productos perecederos.

Natural, sin conservadores químicos y con beneficios para la salud
Otro aspecto destacado de esta tortilla es que no contiene conservadores industriales, como el propionato de calcio, común en otros productos y que, según el investigador Guillermo Arteaga, podría afectar negativamente a la microbiota intestinal. En su lugar, el proceso de fermentación empleado genera compuestos naturales que prolongan su vida útil.

Gómez Pliego también ha señalado la posibilidad de adaptar esta tecnología a la tortilla de maíz, un alimento básico en México pero con menor durabilidad.

Innovación patentada que busca apoyo para su producción
La tortilla fue patentada en 2023 y, aunque inicialmente hubo un acuerdo de comercialización, este se canceló por el fallecimiento de los principales socios de la empresa interesada. Aun así, la investigadora continúa buscando aliados para llevar esta solución alimentaria a gran escala.

Reconocida recientemente por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, Gómez Pliego espera que este desarrollo no solo sea bien recibido por los consumidores, sino que llegue especialmente a las familias con mayores necesidades. “Esta tortilla fue diseñada para quienes más lo necesitan”, concluye.