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Crecen las pulgas en Piedras Negras

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José Gaytán / El Tiempo Piedras Negras
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El comercio popular se fortalece en la ciudad con más sitios donde establecer la actividad económica 

En la ciudad de Piedras Negras, el comercio informal dedicado a la venta de artículos de segunda mano ha mostrado un notable crecimiento en los últimos años, particularmente a través de las llamadas “pulgas”. Esta modalidad de negocio, que consiste en la venta de productos usados a bajo costo, ha ganado popularidad como una alternativa viable tanto para quienes buscan obtener ingresos extra como para quienes desean adquirir artículos funcionales a precios accesibles.

Este fenómeno, que en otros tiempos se limitaba a zonas específicas o días determinados, ahora ha comenzado a diversificarse. Si bien existen sitios establecidos donde estos mercados operan regularmente, durante los fines de semana es común observar cómo diversos colonos instalan puestos improvisados a las afueras de sus viviendas, aprovechando banquetas, patios o espacios públicos con la finalidad de comercializar artículos usados.

La creciente participación ciudadana en este tipo de comercio se refleja en el aumento del número de espacios organizados y reconocidos por la comunidad, que actualmente suman al menos cinco principales. Entre ellos destacan las pulgas de las colonias El Mirador, San Joaquín, Presidentes, y las conocidas como “pulgas Lear”, en alusión a su cercanía con una empresa maquiladora de gran presencia en la región. Estos puntos se han convertido en verdaderos centros de actividad económica informal, donde circulan cientos de personas cada fin de semana.

En estos mercados se puede encontrar una gran variedad de productos: ropa, calzado, artículos del hogar, herramientas, juguetes, dispositivos electrónicos, muebles y mucho más. La característica común es que se trata de artículos usados pero aún en condiciones útiles, lo cual permite al comprador obtenerlos a precios considerablemente menores que en tiendas formales.

Uno de los factores que ha favorecido el crecimiento de estas pulgas es el modelo de comercio basado en la venta de ropa por pacas, una práctica que ha sido importada desde el vecino país de Estados Unidos. Las pacas, que consisten en grandes lotes de prendas de vestir usadas, son adquiridas por comerciantes locales que las revenden individualmente en sus puestos. Este modelo ha resultado atractivo tanto para vendedores como para compradores, ya que las prendas pueden ser ofertadas a precios muy bajos, en ocasiones desde 10 hasta 50 pesos por pieza.

Además de su valor comercial, las pulgas han evolucionado como espacios de economía circular. A través del reciclaje y la reutilización de productos, se promueve un consumo más sostenible que permite extender la vida útil de los objetos y reducir el desperdicio. De esta manera, la comunidad no solo encuentra una solución económica, sino que también contribuye a prácticas más amigables con el medio ambiente.

Este tipo de comercio informal también responde a una necesidad económica apremiante en muchos hogares, particularmente en sectores populares donde el ingreso familiar requiere de estrategias creativas para complementarse. Las pulgas ofrecen una vía accesible y de bajo riesgo para comenzar a vender, sin la necesidad de una inversión elevada o permisos complicados, aunque esta misma característica representa un desafío en materia de regulación para las autoridades municipales.

A pesar de su informalidad, algunos de estos espacios comienzan a adoptar prácticas más organizadas, estableciendo horarios, delimitando áreas de venta y procurando cierto orden en la disposición de sus productos. Sin embargo, aún existen retos importantes relacionados con la ocupación de espacios públicos, la recolección de residuos, el orden vial y el control de la competencia desleal con el comercio formal.

Este modelo de comercio, aunque no nuevo, ha sido fuertemente influenciado por la cercanía con los Estados Unidos, particularmente con Eagle Pass, Texas, donde el formato de pulgas tiene décadas de tradición. Allá, las ventas se concentran principalmente los días lunes y viernes bajo el puente internacional, y los sábados en un tramo de la carretera hacia Del Rio. Estas prácticas han sido replicadas en Piedras Negras, adaptándose al contexto local y convirtiéndose en parte del paisaje urbano de cada fin de semana.

Cabe mencionar que, aunque estas pulgas no cuentan con una infraestructura comercial formal, se han convertido en auténticos centros comunitarios donde convergen personas de distintos sectores sociales. No sólo se trata de un punto de intercambio económico, sino también de un espacio de convivencia y encuentro social, donde familias enteras recorren los pasillos en busca de oportunidades.

El crecimiento de las pulgas en Piedras Negras es un reflejo de la capacidad de adaptación y la resiliencia económica de la población frente a las condiciones actuales del mercado laboral y el costo de vida. Mientras algunos sectores ven en este fenómeno una señal de informalidad, para muchos otros representa una herramienta clave de subsistencia, desarrollo y autoempleo.

En ese contexto, el desafío para las autoridades será encontrar un equilibrio entre permitir y apoyar esta actividad, y al mismo tiempo fomentar su ordenamiento, de manera que pueda seguir siendo una fuente de ingresos sin comprometer la seguridad, la salud pública o la convivencia vecinal.

Así, las pulgas no sólo siguen creciendo, sino que se consolidan como parte integral de la economía popular de Piedras Negras.

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