¿Cuántas calorías tiene el pan de muerto y cómo comerlo sin culpa?

Cada octubre, las panaderías en México se llenan del característico aroma del pan de muerto. Este postre, ligado a las ofrendas y al Día de Muertos, no solo tiene un profundo significado cultural, sino que también resulta difícil resistirse. Sin embargo, una pieza puede aportar hasta 400 calorías.
Conocer sus ingredientes y contenido calórico permite disfrutarlo con moderación sin descuidar la salud.
Orígenes y significado Antes de convertirse en el dulce que conocemos hoy, el pan de muerto tenía un papel ritual en el México prehispánico, elaborándose con amaranto y maíz seco para honrar a los dioses, según la antropóloga Erika María Méndez Martínez de la UNAM. Crónicas de frailes como Diego de Durán y Bernardino de Sahagún indican que esos panes, endulzados con miel de maguey y con formas de huesos o figuras humanas, estaban dedicados a la diosa Cihuapipiltin, protectora de las mujeres fallecidas en el parto.
Transformación con la llegada de los españoles Con la colonización, la receta y el significado cambiaron: se incorporaron trigo, azúcar y mantequilla, dando lugar al pan dulce actual. La primera receta escrita se encuentra en el recetario Repostería Selecta de Josefina Velázquez de León (1938). Actualmente existen muchas variantes regionales, aunque la más común en el centro de México se hace con harina, huevo, mantequilla, levadura, sal, azúcar y, en ocasiones, ralladura de naranja o anís. Su forma circular simboliza la tierra, los huesos representan los miembros del difunto y la bolita superior el cráneo.
Contenido calórico El pan de muerto moderno difiere mucho de su versión prehispánica en cuanto a valor nutricional. Los antiguos panes de amaranto aportaban proteínas, fibra y vitaminas A y C, mientras que la receta actual es alta en grasas y carbohidratos refinados. Un pan tradicional contiene alrededor de 400 kcal, señala la nutrióloga Itzel Valtierra Martínez del IMSS. Se recomienda consumir solo la mitad, acompañada de café o té sin azúcar, lo que equivale a unas 200 calorías, cerca del 13% de una dieta de 1,500 kcal.
Disfrutarlo con moderación El IMSS aconseja precaución si se tienen enfermedades metabólicas o sobrepeso, pues productos de la ofrenda como atole, dulces tradicionales o bebidas azucaradas pueden aumentar considerablemente la ingesta calórica. Por ello, se sugiere elegir el pan de muerto clásico y evitar versiones rellenas, glaseadas o con chocolate. Consumirlo ocasionalmente dentro de una dieta equilibrada permite mantener la tradición sin comprometer la salud.
En resumen, el pan de muerto puede formar parte de una alimentación saludable si se consume con moderación y se combina con otros alimentos ligeros, manteniendo viva la tradición sin descuidar el bienestar.
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