Cuidan más su imagen los hombres en la actualidad
Negocios dedicados al barbe Shop reportan la demanda constante hacía servicios como recortar la barba o el corte de cabello

Los tiempos en los que el hombre descuidado era sinónimo de rudeza o virilidad. Hoy en día con cosa del pasado, el cuidado personal y la atención a la imagen son parte esencial del día a día de un número cada vez mayor de hombres que, sin complejos ni prejuicios, invierten tiempo, dinero y esfuerzo en proyectar su mejor versión. Ya no se trata solamente de un buen perfume o de una camisa bien planchada, sino de un conjunto de hábitos que abarca desde el corte de cabello hasta el diseño detallado de la barba, pasando por la piel, la ropa y el estilo personal.
Esta transformación cultural también se ha reflejado en la economía local. En ciudades como Piedras Negras, los negocios dedicados al cuidado masculino han proliferado con fuerza en los últimos años, y uno de los sectores con mayor dinamismo ha sido el de las barberías. Locales modernos, ambientados con un estilo urbano o vintage, han conquistado a una nueva generación de hombres que ve en estos espacios mucho más que una silla y una navaja: son lugares de identidad, conversación y transformación estética.
Eduardo, barbero profesional con varios años de experiencia, señala que el cambio ha sido notorio. Sus clientes, en su mayoría jóvenes y adultos de entre 20 y 45 años, acuden al establecimiento con regularidad semanal o quincenal, buscando no solo “cortarse el pelo”, sino moldear una imagen acorde a su personalidad, ocupación y estilo de vida. “Hoy en día, el corte no es algo improvisado. Se planea, se consulta, incluso se toman fotos de referencia. La barba, por ejemplo, ya no se deja crecer al azar, se diseña”, comenta.
Los servicios que antes eran considerados como exclusivos o de lujo, ahora se han vuelto comunes. Un corte de cabello con diseño, limpieza facial ligera y delineado de barba puede costar alrededor de 250 pesos, una cifra que muchos consideran accesible si se toma en cuenta el nivel de atención y detalle que se ofrece. Además, existen opciones más económicas o más sofisticadas dependiendo del sitio, pero en general, se trata de una inversión que los clientes ven como necesaria y satisfactoria.
Esta creciente preocupación por la imagen ha derribado estigmas sociales. Antes, hablar de productos de cuidado masculino era terreno limitado: un gel, tal vez una loción, y poco más. Hoy el mercado ofrece una amplia gama de artículos: ceras para cabello, aceites para barba, cremas hidratantes, tónicos, limpiadores faciales y más. La industria cosmética masculina ha encontrado un nicho rentable que no para de crecer, y esto es evidente en los estantes de supermercados, farmacias y tiendas especializadas.
Además, el fenómeno va más allá de la estética. El autocuidado ha dejado de ser un tema banal para convertirse en una manifestación de salud mental y emocional. El verse bien, el sentirse cómodo con la imagen proyectada, y el recibir comentarios positivos del entorno influyen directamente en la autoestima y la seguridad personal. En una sociedad cada vez más visual y digital, donde las redes sociales exigen una constante exposición pública, la presentación personal ha adquirido un nuevo protagonismo.
En ese sentido, la figura del barbero se ha resignificado. Ya no se trata simplemente del oficio de recortar cabello, sino de un asesor de imagen, un profesional que entiende las facciones del rostro, el tipo de cabello, el estilo de vida del cliente y sus preferencias para ofrecer una propuesta personalizada. Hay quienes acuden buscando un look más clásico, otros desean una imagen moderna con cortes tipo “fade” o diseños creativos, mientras que algunos simplemente buscan higiene y orden visual.
La demanda ha sido tal que incluso han surgido academias locales de barbería y estética masculina, donde se capacita a nuevos talentos en técnicas modernas de corte, rasurado, coloración y diseño. Esta profesionalización ha elevado el nivel del servicio en la ciudad, generando una competencia saludable y creativa entre los negocios.
No obstante, este auge también presenta sus retos. La inmediatez del mundo digital ha generado clientes más exigentes, con ideas claras y estándares elevados. Muchos llegan con fotografías de celebridades o influencers, esperando resultados similares, lo cual exige del barbero habilidades técnicas pero también honestidad y empatía para adaptar expectativas a la realidad de cada persona.
Por otro lado, esta evolución también revela cómo las nociones de masculinidad han cambiado. Cuidarse, verse bien, o dedicar tiempo a la apariencia ya no es motivo de burla ni de dudas sobre la identidad, sino una manifestación moderna de autoconfianza y bienestar. Esto ha permitido que muchos hombres, que antes se sentían presionados por estereotipos, hoy encuentren libertad para explorar su estilo sin prejuicios.
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