Del aporte clave de Marcos Rojo al gol histórico de Maravilla Martínez

Racing salió decidido a buscar la clasificación en la revancha de octavos de final de la Copa Libertadores frente a Peñarol y a los seis minutos ya se imponía 1-0.

El gol lo anotó Adrián Martínez, quien aprovechó un rebote tras un gran cabezazo de Marcos Rojo. Con esa conquista, Maravilla cortó una racha de seis partidos sin marcar y firmó un tanto que lo metió en la historia grande de la Academia.

El gol de Martínez no solo sirvió para igualar la serie ante Peñarol, sino que además lo convirtió en el máximo artillero internacional de Racing en la era CONMEBOL. Alcanzó los 16 tantos en torneos continentales con la camiseta académica, superando el récord de Norberto Raffo, que había convertido 15 en la década de 1960.

El encuentro disputado en el Cilindro de Avellaneda marcó un hito en la carrera del delantero, quien reafirmó su peso en las mejores campañas internacionales del club en los últimos tiempos.

Martínez llegó a 16 goles en apenas 23 partidos, con un promedio de 0,70 por encuentro, un registro sin precedentes en Racing. Este rendimiento lo colocó por encima de históricos como Raffo y Juan Carlos Cárdenas (12 goles), además de desplazar a figuras recientes como Gustavo Bou, Roger Martínez y Diego Milito dentro de la tabla internacional del club.

El récord de Raffo se mantenía desde 1967, cuando había logrado 15 tantos en 23 encuentros, incluyendo la histórica Libertadores que ganó Racing. Por su parte, Cárdenas necesitó 34 partidos para alcanzar 12 goles.

En la Copa Sudamericana 2024, Adrián Martínez ya había brillado al convertirse en el segundo jugador académico en alcanzar doble dígito de goles en un mismo certamen internacional, con 10 conquistas. Solo Raffo lo supera, con los 14 que marcó en la Libertadores de 1967.

Con este nuevo registro, compartido por el periodista y estadígrafo Silvio Maverino en El Gráfico Web, Maravilla Martínez quedó por encima de ídolos y referentes como Tomás Chancalay, Humberto Maschio, Marcelo Delgado y Claudio Úbeda, consolidándose como un artillero histórico en la Academia.