Demandan servicios de las fumigadoras
Durante el verano se disparan las plagas como la de la cucaracha americana, además de arácnidos y víboras.

Con el aumento de las temperaturas y la constante humedad que caracteriza a la temporada de verano, el riesgo de proliferación de plagas en los hogares se incrementa de forma considerable. Esta situación, que puede pasar desapercibida para muchas familias hasta que los insectos hacen acto de presencia, representa un problema tanto de higiene como de salud pública, por lo que expertos recomiendan llevar a cabo al menos una fumigación preventiva durante los meses de calor.
Carlos Villarreal, especialista en control de plagas, enfatizó la importancia de tomar acciones antes de que las infestaciones se salgan de control. Señaló que durante esta época del año es común observar un incremento en la presencia de gusanos, arácnidos, tarántulas, hormigas y especialmente de la cucaracha americana, una de las especies más invasivas y difíciles de erradicar, que además es portadora de una gran cantidad de bacterias y microorganismos que afectan la salud humana.
“El problema no es solo estético o de incomodidad”, comentó el especialista, “hay riesgos sanitarios asociados a la presencia de estos insectos, sobre todo en cocinas, baños y áreas donde se manipulan alimentos o donde hay contacto frecuente con niños y personas vulnerables”.
Aunque la demanda por servicios de fumigación fue notable en semanas recientes, Villarreal indicó que el pronóstico de lluvias ha provocado una disminución en las solicitudes, ya que muchas personas consideran que la efectividad de los tratamientos podría reducirse en condiciones climáticas inestables. Sin embargo, subrayó que existen productos y métodos específicos que pueden aplicarse aún en condiciones de humedad, y que las fumigaciones no necesariamente deben detenerse durante la temporada de lluvia.
La prevención, añadió, sigue siendo la mejor estrategia. Una fumigación básica, incluso si se realiza una vez por temporada, puede representar la diferencia entre un hogar libre de plagas y uno expuesto a focos de infección. Además, el especialista recalcó que no todas las soluciones requieren productos químicos agresivos; actualmente existen métodos más amigables con el medio ambiente y seguros para mascotas y personas.
El calor, combinado con residuos de comida, acumulación de objetos y falta de higiene en ciertas áreas del hogar, crea las condiciones perfectas para que insectos como cucarachas o alacranes se reproduzcan con rapidez. Por ello, además de la fumigación, Villarreal recomendó mantener los espacios limpios, sellar grietas y evitar la acumulación de materiales orgánicos, especialmente en patios, bodegas o zonas exteriores.
En muchas colonias de la ciudad, la proliferación de estos insectos también se relaciona con la cercanía de predios baldíos o zonas donde se acumula basura, lo que aumenta la necesidad de mantener la higiene del entorno urbano y no solamente la del hogar. Este tipo de acciones deben realizarse de manera simultánea para que el control de plagas sea realmente efectivo a nivel comunitario.
También es importante señalar que ciertas especies, como la tarántula o el escorpión, si bien no suelen atacar sin provocación, sí pueden representar un riesgo para niños pequeños o personas con alergias, por lo que es indispensable revisar constantemente zapatos, camas y rincones oscuros donde estos animales suelen esconderse.
Villarreal reiteró que, aunque la percepción común es que solo en zonas rurales o descuidadas se presentan plagas, la realidad es que cualquier casa o edificio puede convertirse en un refugio para estos animales si no se toman medidas de prevención a tiempo. “Es mejor invertir una sola vez en una fumigación sencilla, que tener que enfrentar una infestación mayor, con tratamientos más costosos y riesgos de salud más graves”, apuntó.
Finalmente, hizo un llamado a no dejarse llevar por mitos o soluciones caseras que muchas veces solo desplazan el problema temporalmente. Consultar a un profesional certificado en control de plagas asegura una aplicación correcta y responsable de los productos, además de recibir orientación sobre el seguimiento adecuado después de la fumigación.
En suma, en esta temporada de calor y humedad, la fumigación no solo es una medida de higiene, sino una acción clave para la protección del hogar y la salud familiar. Una simple intervención preventiva puede evitar complicaciones mayores, especialmente en un contexto donde las condiciones climáticas favorecen la reproducción rápida de plagas. La responsabilidad individual y comunitaria será esencial para mantener los espacios habitables, seguros y libres de vectores de enfermedades.
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