Deportes con más riesgo de pubalgia y ejercicios preventivos

La pubalgia, también llamada dolor inguinal o pubalgia del deportista, es una lesión frecuente entre quienes practican deportes que implican movimientos explosivos, giros bruscos o gran esfuerzo del tren inferior.
Este problema se caracteriza por la inflamación o sobrecarga en la zona del pubis y afecta tanto a atletas profesionales como a deportistas recreativos. Suele originarse por desequilibrios musculares entre el abdomen, la cadera y los aductores, además de errores técnicos o una debilidad en el core.
Deportes con mayor riesgo de desarrollar pubalgia
Ciertas disciplinas deportivas presentan una mayor probabilidad de provocar esta lesión debido a la exigencia física y a los movimientos repetitivos que comprometen la región pélvica:
Fútbol: Es el deporte más vinculado con la pubalgia. Los cambios de dirección, los disparos potentes y las frenadas repetidas pueden causar microdesgarros en el área del pubis. Prevención: fortalecer los aductores y el abdomen, realizar estiramientos de cadera y perfeccionar la técnica de golpeo.
Hockey sobre césped o hielo: Los deslizamientos laterales y las torsiones de cadera, sumadas al uso constante del stick, sobrecargan los músculos aductores. Prevención: ejercicios de equilibrio pélvico, movilidad de cadera y fortalecimiento del core.
Atletismo (velocidad y vallas): Las aceleraciones y extensiones de cadera, junto con el esfuerzo abdominal para mantener la postura, generan tensión continua en la zona inguinal. Prevención: mejorar la técnica de zancada, fortalecer el tronco y mantener flexibilidad en los isquiotibiales.
Baloncesto: Los saltos y giros rápidos exigen gran estabilidad del abdomen y la pelvis. La fatiga muscular o un core débil aumentan la presión sobre el pubis. Prevención: entrenamiento de control del core, estiramientos de aductores y ejercicios de resistencia muscular.
Rugby y deportes de contacto: Los placajes, empujes y giros bajo presión pueden dañar la unión entre los músculos abdominales y aductores. Prevención: fortalecer la zona lumbopélvica, mejorar la fuerza funcional y favorecer la recuperación después de los entrenamientos.
Artes marciales y fútbol americano: Las patadas, torsiones y aceleraciones súbitas generan una carga elevada sobre el pubis. Prevención: ejercicios para fortalecer la parte baja del abdomen y la cadera, junto con rutinas de movilidad y estiramientos activos.
Prevención y control del dolor
La pubalgia puede prevenirse mediante una preparación física equilibrada. Los especialistas recomiendan:
Entrenar la estabilidad del core con ejercicios como planchas o puentes de glúteos.
Mantener la flexibilidad en aductores, isquiotibiales y caderas.
Corregir la técnica deportiva para evitar sobrecargas.
Incluir rutinas de recuperación y fisioterapia preventiva.
Este tipo de dolor es más común en disciplinas que combinan fuerza, velocidad y cambios de dirección, por lo que una buena preparación física y la corrección de desequilibrios musculares son claves para evitar la pubalgia y mantener un rendimiento óptimo.
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