La calidad del sueño es esencial para mantener una buena salud tanto física como mental. Sin embargo, en la era digital, muchas personas sacrifican sus horas de descanso por actividades como ver televisión o usar el celular, ignorando las señales de fatiga que el cuerpo envía.
Tener un buen descanso no solo implica dormir entre siete y ocho horas, sino también acostarse en el momento adecuado. Un estudio reciente del UK Biobank ha destacado la relevancia de este aspecto.
El análisis, que incluyó a más de 88 mil participantes, indica que el horario ideal para acostarse es entre las 10:00 y las 11:00 de la noche.
Dormir fuera de ese intervalo puede alterar el ritmo circadiano, el reloj interno que regula nuestras funciones físicas y mentales. Este reloj biológico es fundamental para alinear nuestras actividades diarias con el ciclo natural de luz y oscuridad, lo que afecta directamente nuestra salud general.
Los hallazgos del estudio muestran que quienes se acuestan antes de las 10 p.m. o después de la medianoche tienen un 25% más de probabilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
Por otro lado, quienes duermen entre las 10 p.m. y las 11 p.m. tienen un 12% menos de riesgo, lo que indica que la hora de acostarse influye notablemente en la salud del corazón.
Además, los investigadores señalan que acostarse después de la medianoche puede reducir la exposición a la luz natural durante el día.
La luz solar es clave para sincronizar el reloj biológico y favorecer un sueño reparador. La falta de esta exposición puede desajustar el ritmo circadiano, impactando no solo la calidad del sueño sino también la salud en general.