La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural confirmó un caso de influenza aviar AH7N3, conocida como gripe aviar, en una granja comercial en el municipio de Marín, Nuevo León. El 17 de abril, el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) activó de inmediato un protocolo sanitario para controlar el brote.
En un comunicado, la dependencia explicó que el virus detectado es distinto al que afecta a otras granjas avícolas en América del Norte y destacó que no representa riesgo alguno para la salud humana ni para el consumo de pollo y huevo.
El Senasica implementó medidas contraepidémicas en la zona para prevenir la propagación del virus, como un monitoreo constante en un radio de 10 kilómetros alrededor de la granja afectada y el muestreo de aves en granjas cercanas. Además, personal técnico está trabajando en la zona para asegurar el cumplimiento de las medidas de bioseguridad.
La autoridad sanitaria instó a todos los productores avícolas, tanto comerciales como familiares, a reforzar los protocolos de bioseguridad en sus Unidades de Producción Avícola (UPA). Entre las recomendaciones están:
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Evitar que aves silvestres o fauna no deseada ingresen a las instalaciones.
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Impedir el acceso de personas ajenas.
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Revisar techos, paredes y cercos para identificar puntos vulnerables.
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Asegurar que el personal se bañe antes de entrar y al salir de la granja.
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Cambiar la ropa de casa por ropa de trabajo al ingresar, y viceversa.
El Senasica también hizo un llamado a los médicos veterinarios y productores para que reporten cualquier sospecha de gripe aviar de inmediato a las oficinas locales de la Secretaría de Agricultura, al Senasica o a la Comisión México-Estados Unidos para la Prevención de la Fiebre Aftosa y Otras Enfermedades Exóticas.
La detección temprana y la colaboración de los productores son fundamentales para controlar este tipo de brotes y proteger la sanidad animal en el país.