En el Día Mundial de la Conciencia sobre el Estrés, los especialistas resaltan la importancia de reconocer, comprender y gestionar esta respuesta fisiológica que impacta tanto la salud mental como física de millones de personas en todo el mundo.
El estrés, entendido como la reacción del cuerpo ante cambios o desafíos, puede ser útil para adaptarnos a las demandas diarias. Sin embargo, cuando esta respuesta persiste, puede convertirse en un factor de riesgo para diversas afecciones de salud.
“Es una respuesta fisiológica, conductual y psicológica que nos ayuda a enfrentarnos a las demandas cotidianas”, explica la doctora Laura Maffei, endocrinóloga especializada en el tema. No obstante, advierte que si el estrés se acumula o se mantiene sin ser manejado de manera adecuada, puede volverse tóxico.
Estrés y la pandemia: un antes y un después
La pandemia de COVID-19 ha intensificado el impacto del estrés en nuestras vidas. “La incertidumbre se convirtió en algo estructural”, comenta Maffei, quien subraya que los cambios en la vida diaria —desde la seguridad sanitaria hasta las relaciones sociales— dejaron una profunda huella emocional. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los casos de ansiedad y depresión aumentaron un 25% a nivel global tras 2020.
Mecanismos del estrés
El Dr. Eduardo Stonski, experto en tratamiento del dolor del Hospital Italiano, explica que el estrés provoca la liberación de adrenalina, lo que puede causar insomnio, angustia y tensión muscular. De hecho, los dolores cervicales y lumbares están comúnmente asociados al estrés emocional. Además, el cortisol, conocido como la "hormona del estrés", juega un papel clave. Aunque no es un método diagnóstico, el cortisol refleja la activación del eje hipotálamo-hipófisis-adrenal ante situaciones desafiantes.
Modelo C.I.N.E: Claves para entender el estrés
La neurocientífica Sonia Lupien presenta el modelo C.I.N.E., que identifica cuatro factores que desencadenan el estrés:
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C de falta de Control.
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I de Imprevisibilidad.
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N de Novedad.
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E de amenaza al Ego.
Maffei señala que muchos aspectos de la vida moderna, como la pandemia, activan estos factores, amplificando el impacto del estrés en las personas.
Diferencias entre estrés, ansiedad y sus tipos
Según el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH), el estrés se puede manifestar de diversas maneras:
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Estrés agudo: Respuesta temporal a un evento externo.
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Estrés crónico: Persistencia del estrés por semanas o meses.
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Ansiedad: Reacción mental que puede ocurrir incluso sin una amenaza presente.
Síntomas y efectos a largo plazo
El estrés crónico puede aumentar el riesgo de trastornos mentales como depresión y problemas físicos como hipertensión, obesidad y trastornos del sueño. Los síntomas también pueden incluir:
Estrés a lo largo del ciclo vital
El estrés afecta de manera diferente según la etapa de la vida:
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Infancia: Irritabilidad y trastornos del sueño.
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Adolescencia: Ansiedad y cambios de humor.
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Adultez joven: Exigencias laborales y sociales.
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Adultez media: Múltiples roles y responsabilidades.
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Vejez: Pérdida de vínculos y aislamiento.
El manejo efectivo del estrés incluye identificar sus causas y aplicar técnicas como la respiración consciente, el ejercicio físico y el mindfulness. Maffei enfatiza la importancia de reconocer el estrés como una señal y no como una falla personal, buscando ayuda profesional cuando los síntomas persisten.