Dolor de pecho sin lesiones: la señal silenciosa que puede alertar

Durante mucho tiempo, el dolor en el pecho se asoció automáticamente con arterias bloqueadas o infarto inminente. No obstante, la cardiología enfrenta hoy un nuevo reto: más de la mitad de los pacientes con molestias torácicas no presentan daños visibles en sus estudios, aunque el riesgo cardiovascular sigue existiendo.
El cardiólogo Alejandro Meretta enfatiza que estos casos “invisibles” requieren la misma atención que una obstrucción coronaria. Durante su participación en un programa matutino, señaló que este tipo de dolor —frecuente en mujeres posmenopáusicas y en pacientes jóvenes— puede deberse a microvasculopatías, alteraciones que afectan los vasos pequeños del corazón y que a menudo pasan desapercibidas en estudios convencionales.
El nuevo panorama del dolor de pecho Meretta recordó que en sus inicios, trabajando con René Favaloro, el diagnóstico era más sencillo: “dolor de pecho igual a arteria tapada”. Hoy se sabe que más del 40% de los casos tienen causas distintas, como el dolor microvascular, difícil de detectar pero igual de peligroso. En congresos internacionales recientes, se ha abordado cómo identificar estas enfermedades “invisibles”, especialmente en mujeres que presentan estudios normales pero siguen sintiendo molestias persistentes, que pueden prolongarse durante meses antes de confirmarse con exámenes especializados.
Síntomas engañosos y errores frecuentes El dolor cardíaco no siempre se presenta como presión intensa en el pecho; puede manifestarse en brazos, cuello o incluso dientes. Meretta compartió casos de pacientes que acudieron al dentista creyendo tener un problema dental cuando, en realidad, su corazón era el origen del malestar. Además, algunas molestias tienen componente emocional o de estrés, complicando la interpretación. Ante la duda, el especialista aconseja siempre consultar, ya que un electrocardiograma y análisis básicos pueden descartar un infarto rápidamente.
Edad o hábitos saludables no eliminan el riesgo; antecedentes familiares y estilo de vida influyen en la probabilidad de enfermedad cardiovascular. Los principales factores de riesgo siguen siendo tabaquismo, diabetes e hipertensión, y quienes no presentan síntomas graves pueden desarrollar una enfermedad silenciosa. Un diagnóstico temprano y seguimiento clínico adecuado pueden marcar la diferencia entre una vida normal y complicaciones severas.
Dolor persistente tras intervenciones Otro desafío son los malestares que continúan después de angioplastias o colocación de stents. En estos casos, el dolor no proviene de las arterias principales, sino de las microarterias invisibles en los cateterismos. Estas pequeñas lesiones pueden reducir el flujo sanguíneo y causar síntomas recurrentes, especialmente en mujeres o durante cambios hormonales y climáticos.
Una nueva perspectiva sobre los síntomas leves Meretta subraya que no todos los dolores intensos son graves, ni los leves son inofensivos. Algunos relacionados con estrés o ansiedad pueden imitar un infarto y no deben subestimarse. Estudios simples pueden prevenir desenlaces graves.
El especialista concluye haciendo un llamado a la prevención cardiovascular y a la importancia de acudir al médico ante cualquier molestia torácica: “El mayor peligro no siempre está en el corazón, sino en la falsa sensación de seguridad. La mitad de los casos no muestran lesiones visibles, pero el riesgo persiste y puede ser grave”.
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