Dra. Maria Cepeda Jordan

“La dedicación y la pasión por lo que haces son la clave para transformar vidas, tanto de tus pacientes como la tuya propia.”
Soy originaria de Múzquiz, un lugar que siempre ha sido fundamental en mi vida. Nací el 13 de marzo de 1994, por lo que actualmente tengo 31 años. Mis primeros años los pasé en Múzquiz, estudiando el kinder, y después me trasladé a Estados Unidos, donde cursé la primaria y parte de la secundaria. Esa experiencia me permitió conocer un sistema educativo distinto y aprender a adaptarme a un entorno completamente diferente desde muy joven. Fue una etapa que me enseñó a valorar la educación y a ser disciplinada. Al regresar a Múzquiz para terminar la secundaria en el Colegio Guadalupe Victoria, pude reconectar con mis raíces, retomar la cercanía con mi familia y continuar con mi formación académica en un ambiente más familiar. Más adelante, me trasladé a Saltillo para estudiar la preparatoria y luego la universidad, lo que marcó un cambio importante en mi vida, pues me obligó a independizarme y a asumir responsabilidades más grandes, tanto en lo académico como en lo personal.
¿Dónde estudiaste la prepa y la universidad? Estudié la preparatoria en la Universidad del Valle de México (UVM) en Saltillo. Fue una experiencia muy enriquecedora porque me permitió consolidar mis conocimientos y prepararme para los estudios universitarios. Tras concluir la prepa, ingresé a la carrera de medicina en la misma universidad. Me gradué de medicina general en 2019, por lo que todavía considero que es relativamente reciente y siento que lo aprendido sigue vigente y aplicable en mi vida profesional. Durante la carrera, me enfoqué en adquirir la mayor cantidad de conocimientos posibles, en la parte teórica y práctica, con la intención de desarrollar habilidades que me permitieran atender a mis futuros pacientes de manera competente y segura. La medicina no es solo un estudio académico, sino también una práctica que exige empatía, dedicación y responsabilidad, valores que siempre he procurado mantener en mi trabajo diario.
¿Regresaste luego a Múzquiz? Sí, después de graduarme en 2019 regresé a Múzquiz para realizar mi servicio social. Lo llevé a cabo en la comunidad de Los Negros, una población mascoga que enfrenta importantes carencias económicas y de infraestructura. Ahí trabajé en un pequeño centro de salud, donde aprendí a atender a la población con los recursos disponibles y a desarrollar estrategias para brindar atención médica de calidad en condiciones limitadas. Esta experiencia fue muy significativa, porque me permitió entender las necesidades de comunidades vulnerables, mejorar mi capacidad de adaptación y reforzar la importancia de la empatía y la paciencia. Trabajar en un lugar donde el acceso a la salud es limitado me hizo valorar cada recurso y cada oportunidad de ayudar, y también me enseñó que la medicina va más allá de un consultorio; es una herramienta para transformar vidas y brindar bienestar a quienes más lo necesitan.
¿Qué haces actualmente? Hoy me dedico a la medicina estética. He cursado una especialidad en estética facial y corporal, además de contar con una maestría en medicina estética y longevidad. Tengo un consultorio en Múzquiz que funciona como un spa médico, con varias cabinas y un equipo de enfermeras que me apoyan en los diferentes tratamientos. Hace dos años abrimos una segunda sucursal en Piedras Negras, y divido mi semana entre ambas clínicas. Mi enfoque profesional incluye tratamientos inyectables, depilación láser y aparatología facial y corporal, como tratamientos reductivos, moldeo corporal y drenaje linfático. Las enfermeras pueden realizar ciertos procedimientos mientras yo no estoy, garantizando la continuidad del servicio y la atención integral a nuestros pacientes. Esta organización me ha permitido expandir mi práctica y brindar un servicio de calidad en distintas ciudades, logrando que más personas puedan acceder a la medicina estética de manera segura y profesional.
¿Cómo ha sido la aceptación de la medicina estética? Al inicio fue un desafío, porque existían muchos tabúes y desinformación sobre los tratamientos estéticos. Las personas temían que los procedimientos fueran dañinos o que modificaran su apariencia de manera negativa. Con el tiempo, la aceptación ha ido creciendo y hoy recibimos pacientes tanto mujeres como hombres. Aunque la clientela femenina es predominante, los hombres también buscan tratamientos faciales para mejorar su piel, eliminar manchas o prevenir el envejecimiento. Es muy gratificante ver cómo los pacientes confían en nosotros y valoran la importancia de cuidar la estética y la salud de manera profesional. Además, me da satisfacción ver cómo cada persona que acude se siente más segura y feliz con los resultados, lo que demuestra que la medicina estética tiene un impacto positivo en la autoestima y la calidad de vida.
¿Tienes hijos y cómo combinas tu vida personal con el trabajo? Sí, tengo dos hijas, de seis y tres años. Mi esposo trabaja fuera, por lo que hemos aprendido a organizarnos para mantener un equilibrio entre trabajo y familia. Por las mañanas las niñas asisten a la escuela y, durante el verano, busco campamentos que las mantengan activas y entretenidas. Por las tardes contamos con apoyo adicional y las involucramos en actividades extracurriculares como baile o clases de inglés. Incluso viven en la parte superior del consultorio, por lo que conocen mi trabajo y, especialmente la mayor, muestra interés por algunos tratamientos estéticos. Mantener este equilibrio es un reto diario, pero me brinda motivación y satisfacción, y me enseña a ser resiliente y eficiente en todas las áreas de mi vida.
¿Tienes pasatiempos o intereses fuera del trabajo? Sí, actualmente mi pasatiempo principal es el ejercicio. Asisto a clases de Barre, un entrenamiento que combina fuerza, elasticidad y elementos de yoga, con un enfoque un poco más intenso. Además, disfruto leer, especialmente sobre finanzas, ya que considero que es un tema fundamental que no se enseña adecuadamente y que resulta esencial para la vida personal y profesional. Me gusta la comida italiana, que suelo acompañar con vino blanco, y aunque no tengo un género musical favorito, disfruto de todo un poco según el momento y la compañía. Estos hobbies me permiten desconectarme, mantener mi bienestar y seguir creciendo como persona y profesional.
Entrevista: La entrevista con Fernanda Hernández, Epidemióloga
“Desde niña me ha gustado el altruismo y en la medicina puedes ayudar mucho” Para Fernanda Hernández la carrera de medina es mediante la cual se puede ayudar a la gente esa fue una de las razones por la que se decidió ingresar a la facultad además que viene de familia -- leer más
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