El edema macular es una acumulación anormal de líquido en la mácula, una área clave del ojo ubicada en la parte posterior de la retina, responsable de la visión clara y detallada. Este trastorno está estrechamente vinculado a la diabetes y ocurre cuando los niveles de glucosa en sangre no se controlan adecuadamente.
"Cuando se presenta esta complicación secundaria de la diabetes, la mácula se llena de líquido debido a la inflamación, lo que resulta en visión borrosa o distorsionada", explica la doctora Irene Pérez, gerente médica en oftalmología de Roche Farma México.
El edema macular puede comenzar con síntomas leves, como manchas en el centro del campo visual o visión borrosa, que a menudo se confunden con fatiga ocular. En etapas avanzadas, los pacientes solo ven sombras, lo que los lleva a buscar atención médica cuando el daño ya es considerable.
"Entre el 30% y 40% de las personas con diabetes desarrollan retinopatía diabética, y alrededor del 12% de estos casos desarrollarán edema macular diabético", destaca la especialista.
Factores como la hipertensión arterial y la dislipidemia (niveles altos de colesterol y triglicéridos) también pueden acelerar la inflamación de los vasos sanguíneos de la mácula, empeorando la condición.
Tratamientos y prevención Si se detecta a tiempo, el edema macular diabético es tratable e incluso reversible. El control riguroso de los niveles de glucosa en sangre es fundamental para prevenir su avance. Los tratamientos actuales incluyen terapias antiangiogénicas administradas mediante inyecciones intravítreas, que reducen la acumulación de líquido y mejoran la visión.
"Un avance importante es el medicamento Vabysmo, desarrollado por Roche, que bloquea dos vías involucradas en la formación de líquido en la mácula, lo que reduce la frecuencia de inyecciones necesarias", señala la doctora Pérez.
La importancia de las revisiones oftalmológicas regulares En México, donde la diabetes afecta al 18.3% de la población, las revisiones oftalmológicas anuales son cruciales, especialmente para aquellos que ya han sido diagnosticados. Detectar a tiempo el edema macular o la retinopatía diabética puede marcar la diferencia entre conservar o perder la visión.
"Recomendamos a los pacientes con diabetes que visiten al oftalmólogo o retinólogo para un diagnóstico temprano. Este problema es prevenible y tratable si se actúa con rapidez", enfatiza la experta.