Educación especial insiste en sensibilizar de forma continua
Se exhorta a trabajar constantemente por la inclusión de personas con discapacidad en todos los ámbitos sociales.
La concientización sobre las discapacidades no debe limitarse a fechas conmemorativas, sino ser una labor permanente para construir una sociedad más incluyente y con mejores oportunidades para todos. Ese fue el llamado que hizo esta semana Pedro Sisneros, director estatal de Educación Especial en Coahuila, al recordar que la inclusión no debe ser un acto simbólico, sino una práctica cotidiana en todos los espacios de la vida social.
En entrevista, el funcionario enfatizó que, aunque a lo largo del año existen días internacionales o nacionales dedicados a visibilizar ciertas discapacidades, estas conmemoraciones deben servir como puntos de partida y no como únicas fechas de acción. “El trabajo por una sociedad incluyente se construye todos los días, desde la escuela, la familia, los medios de comunicación y las políticas públicas”, expresó.
La declaración surge en un contexto donde los desafíos que enfrentan las personas con discapacidad en México siguen siendo amplios: desde barreras físicas y educativas, hasta la exclusión en el ámbito laboral o la falta de acceso a servicios básicos en condiciones de igualdad.
Visibilizar para transformar
Para Sisneros, el primer paso hacia la inclusión real es la visibilización consciente y respetuosa de las personas con discapacidad. “No se trata solo de ver la discapacidad, sino de entenderla, de empatizar con las condiciones y necesidades que enfrentan estas personas y sus familias”, dijo.
En este sentido, aseguró que desde la Dirección de Educación Especial se trabaja de forma constante con escuelas, docentes, alumnos y padres de familia para promover una cultura de inclusión desde la primera infancia. “Hablamos de formar ciudadanos con empatía, capaces de convivir con la diversidad como algo natural, no como una excepción”, explicó.
Este enfoque no se limita al entorno escolar. También se busca impactar en los sectores productivo, cultural, deportivo y gubernamental para que la inclusión de personas con discapacidad no sea una política opcional, sino una obligación ética y social.
Acciones que marcan la diferencia
Actualmente, en Coahuila se implementan programas de formación docente en educación inclusiva, talleres de sensibilización, adecuaciones curriculares y estrategias de acompañamiento para estudiantes con discapacidad. Además, se trabaja con instancias como DIF, instituciones de salud y asociaciones civiles para dar atención integral a las familias.
“Queremos que todas las personas con discapacidad puedan estudiar, trabajar, convivir, aportar, decidir y vivir con dignidad. No basta con reconocer su existencia, hay que garantizar sus derechos”, sostuvo el directivo.
También se ha insistido en la importancia del lenguaje, como un elemento transformador de actitudes. “Evitar términos despectivos, usar expresiones correctas y escuchar a las propias personas con discapacidad sobre cómo desean ser nombradas y tratadas, es parte esencial de la sensibilización”, agregó.
Más allá de la conmemoración
En diciembre se celebra el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. En marzo, se conmemora el Día Mundial del Síndrome de Down. En abril, se habla sobre el autismo. Sin embargo, Sisneros subrayó que una sociedad justa no puede recordar a las personas con discapacidad solo en fechas especiales, sino que debe tener presente sus derechos de forma cotidiana.
“Cada día es una oportunidad para construir empatía. La discapacidad no es algo ajeno, nos puede tocar a cualquiera, en cualquier momento. Lo que hoy vemos como ‘normalidad’ puede cambiar, y debemos estar preparados para responder con humanidad”, dijo.
En este sentido, el funcionario exhortó a los distintos sectores sociales a asumir un rol más activo: empresarios que contraten sin discriminación, medios que visibilicen sin estereotipos, escuelas que incluyan sin condiciones y gobiernos que legislen con visión integradora.
Una tarea de todos
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México existen más de seis millones de personas con discapacidad, cifra que representa alrededor del 5% de la población total. Muchas de ellas enfrentan obstáculos diarios para moverse, estudiar, comunicarse, trabajar o incluso ser escuchadas.
“La inclusión no es caridad. Es un derecho. Y el respeto a los derechos no puede ser selectivo ni esporádico”, remarcó Sisneros.
Finalmente, recordó que la verdadera transformación comienza en lo cotidiano: en un niño que aprende a convivir con un compañero con discapacidad; en un adulto que cede el paso sin juzgar; en una institución que adapta sus procesos; y en una comunidad que se abre al entendimiento de lo diverso.
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