EE.UU. vuelve a cerrar su frontera al ganado mexicano por nuevo caso de gusano barrenador

Estados Unidos cerró su frontera al ganado mexicano tras detectarse un nuevo caso de gusano barrenador en Veracruz, medida que impacta al sector ganadero nacional.
Estados Unidos ha vuelto a cerrar su frontera al ganado mexicano tras detectarse un nuevo caso de Gusano Barrenador del Ganado (GBG) en Ixhuatlán de Madero, Veracruz, según confirmó el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA). La medida se tomó con base en un informe del SENASICA, encendiendo las alertas sanitarias al encontrarse el brote a solo 257 kilómetros del área de dispersión de mosca estéril en el este del país y a 595 kilómetros de la frontera norte.
La secretaria de Agricultura estadounidense, Brooke L. Rollins, anunció el cierre inmediato de los puertos fronterizos del sur al comercio de ganado, como parte de las acciones para contener esta plaga letal que amenaza la producción ganadera regional.
Este nuevo caso se suma a brotes previos en Oaxaca y Veracruz registrados en meses anteriores. En respuesta, el USDA ya había restringido desde el 11 de mayo la entrada de ganado bovino, bisontes y equinos procedentes de México. Aunque se contemplaba una reapertura gradual de cinco puertos entre el 7 de julio y el 15 de septiembre, el nuevo brote obligó a pausar indefinidamente dicho plan.
El impacto de esta decisión también se siente en el norte de México, particularmente en Coahuila, donde no se han registrado casos de GBG. Alejandro Gutiérrez, presidente de la Asociación Ganadera Local de Sabinas, lamentó que los ganaderos de zonas libres de la plaga estén sufriendo consecuencias económicas graves. “Estamos pagando las consecuencias de un problema regional con impacto nacional”, señaló, haciendo un llamado a las autoridades para mejorar la coordinación binacional.
Como parte de sus esfuerzos, el USDA ha intensificado sus medidas sanitarias, instalando más trampas biológicas, desplegando personal en territorio mexicano y supervisando puntos clave. Además, se construye una nueva instalación para la dispersión de mosca estéril en Texas, con el fin de reforzar la prevención.
Las pérdidas económicas por el cierre podrían alcanzar los 100 millones de dólares mensuales, debido a la suspensión de exportaciones de ganado en pie. Sin embargo, la exportación de carne procesada continúa, ya que no representa un riesgo sanitario.
Este brote pone en duda la eficacia del control de plagas en México y complica la colaboración bilateral en bioseguridad, un tema estratégico para ambos países.

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