“El abuso de antibióticos es un serio problema de salud”

Simon Mills, reconocido a nivel internacional en medicina herbal, advirtió sobre los peligros del uso excesivo de antibióticos y fármacos comunes como el omeprazol.
En el podcast The Diary Of A CEO, el especialista compartió su visión sobre los retos actuales para la salud global. Con casi 50 años de experiencia clínica y prestigio en la British Herbal Medicine Association y la European Scientific Cooperative on Phytotherapy, Mills enfatiza que la resistencia a los antimicrobianos representa una amenaza creciente. Además, señala que existen alternativas naturales capaces de complementar e incluso sustituir, en ciertos casos, los tratamientos farmacológicos convencionales.
Durante la conversación con Steven Bartlett, Mills profundizó en el papel de la medicina herbal en la prevención y manejo de enfermedades contemporáneas. A lo largo de su carrera, combinó el conocimiento ancestral de las plantas medicinales con los estándares científicos modernos, liderando proyectos europeos y atendiendo a numerosos pacientes en Exeter. Según él, la transición de sociedades rurales a urbanas ha llevado a la pérdida de saberes tradicionales sobre el uso de plantas.
Mientras que la fitoterapia sigue siendo habitual fuera del mundo anglosajón, en países como Reino Unido y Estados Unidos predominan medicamentos como el omeprazol y los antibióticos. Mills advierte que el uso excesivo de antibióticos acelera la aparición de bacterias resistentes, fenómeno que la OMS considera una de las mayores amenazas globales. En 2019, esta resistencia provocó 1,27 millones de muertes y contribuyó a casi cinco millones más, cifras que, según el especialista, continúan aumentando.
Los fármacos tradicionales también afectan al microbioma intestinal, conformado por billones de microorganismos que superan en número a las células humanas. “El microbioma dirige la orquesta de nuestra salud. Los antibióticos y otros medicamentos pueden reducir su diversidad, debilitando nuestras defensas”, explicó Mills.
Ante este panorama, el especialista recomienda alternativas naturales respaldadas por la tradición y la ciencia. Entre ellas destaca el ajo, llamado “penicilina rusa” por sus efectos antimicrobianos y prebióticos; el jengibre y la canela, útiles para molestias relacionadas con el calor, como resfriados, dolor articular o menstrual; y la cúrcuma, que influye sobre la inflamación a través del microbioma. También menciona el cardamomo, la menta y plantas amargas como la radicheta o el diente de león para favorecer la digestión y controlar la fiebre, así como el chocolate negro y el té verde, ricos en polifenoles beneficiosos para el cerebro y el sistema cardiovascular.
Mills enfatiza la importancia del autocuidado y la prevención, recomendando una dieta rica en diversidad vegetal, con al menos 30 tipos de plantas distintas a la semana, y “comer el arcoíris”, es decir, incluir alimentos de todos los colores para aprovechar la variedad de nutrientes y polifenoles. Señala que los productos orgánicos o silvestres pueden ofrecer mayores concentraciones de compuestos beneficiosos, debido a que las plantas desarrollan defensas naturales frente a plagas y condiciones adversas.
El especialista aclara que la fitoterapia debe considerarse un complemento en la prevención y manejo de enfermedades crónicas, no un sustituto de la medicina convencional. “No se trata de rechazar los medicamentos, sino de usarlos con criterio y explorar otras vías que fortalezcan nuestra salud desde la raíz”, indicó. Además, resalta que cada persona responde de manera diferente a los tratamientos: “Lo que funciona para uno puede no ser adecuado para otro. La clave está en escuchar al cuerpo y ajustar el enfoque”.
En un contexto de crecientes desafíos sanitarios, Mills concluye que la verdadera fortaleza reside en reconectar con la naturaleza y cultivar relaciones de apoyo mutuo, base fundamental para enfrentar amenazas y mejorar el bienestar.
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