Un estudio reciente indica que las personas con acné tienen un mayor riesgo de desarrollar un trastorno de la alimentación. Los pacientes adultos con acné tienen 2.4 veces más probabilidades de sufrir un trastorno alimentario, según los investigadores que publicaron sus hallazgos en la revista Journal of the European Academy of Dermatology and Venereology.
Incluso después de considerar antecedentes de trastornos del estado de ánimo o problemas con la imagen corporal, el acné se asoció con un aumento del 65% en el riesgo de desarrollar un trastorno alimentario.
El Dr. Jeffrey Cohen, coautor del estudio y director del Programa de Tratamiento de la Psoriasis de la Universidad de Yale, explicó que este hallazgo sugiere que el acné podría ser un factor de riesgo significativo para los trastornos alimentarios, alertando a los médicos que tratan a personas con acné para que estén atentos a las señales de estos trastornos y brinden una atención integral.
El estudio se basó en datos de casi 7,400 pacientes con acné, comparándolos con más de 207,000 personas sin acné. Los investigadores concluyeron que el acné puede actuar como un desencadenante que amplifica las preocupaciones sobre la apariencia y genera sesgos cognitivos y comportamientos asociados con los trastornos alimentarios, como la restricción de la alimentación.
Aunque el estudio se centró en adultos mayores de 18 años, los investigadores subrayaron que el acné y los trastornos de la alimentación afectan principalmente a los adolescentes, lo que resalta la importancia del acné como factor de riesgo en el desarrollo de estos trastornos. También recomendaron que cualquier persona que experimente signos de trastornos alimentarios, con o sin acné, busque atención profesional.