Un estudio reciente sugiere que la inmunoterapia podría ayudar a controlar el cáncer de pulmón durante meses o incluso años, incluso después de interrumpir el tratamiento debido a efectos secundarios.
Los inhibidores de puntos de control inmunitario funcionan liberando los frenos del sistema inmunológico, permitiéndole atacar y destruir las células cancerosas. Sin embargo, esta sobreestimulación puede ocasionar efectos adversos como neumonía, inflamación del colon o daño hepático, lo que lleva a algunos pacientes a suspender el tratamiento.
A pesar de la interrupción, los nuevos hallazgos indican que el sistema inmunológico continúa combatiendo el cáncer. En promedio, los pacientes con cáncer de pulmón vieron que su enfermedad tardaba casi 13 meses en comenzar a propagarse nuevamente tras dejar la inmunoterapia. Además, sobrevivieron, en promedio, 3 años y medio después de abandonar los inhibidores de puntos de control inmunitario.
El estudio reveló que los resultados eran mejores para aquellos que tomaron los medicamentos durante más tiempo antes de interrumpirlos. "Estos resultados sugieren que los pacientes pueden experimentar un control prolongado de la enfermedad y una mayor supervivencia incluso después de suspender el tratamiento debido a la toxicidad o a la afectación de su calidad de vida", comentó la Dra. Frederica Pecci, investigadora principal del Instituto Oncológico Dana-Farber en Boston.
Entre el 3 y el 12 por ciento de los pacientes tratados con un solo inhibidor deben interrumpir el tratamiento por efectos secundarios graves, y esa cifra aumenta al 25% si se administran dos inhibidores.
El Dr. Mark Awad, investigador principal, explicó que, si bien la inmunoterapia activa el sistema inmunológico para atacar las células cancerosas, también puede causar inflamación en otros órganos, lo que plantea la duda sobre si continuar o suspender el tratamiento.
Para evaluar si la inmunoterapia sigue funcionando después de interrumpirla, los investigadores analizaron los datos de casi 2,800 pacientes con cáncer de pulmón de células no pequeñas avanzado. Aproximadamente el 10% de estos pacientes tuvieron que suspender el tratamiento por efectos secundarios graves. Los resultados mostraron que, cuanto más tiempo pudieron soportar la inmunoterapia, mejores fueron los resultados tras suspenderla.
Los pacientes que interrumpieron el tratamiento después de menos de tres meses de inmunoterapia vieron su cáncer estancado durante seis meses y sobrevivieron unos 22 meses. Aquellos que recibieron entre tres y seis meses de tratamiento lograron que su cáncer se estancara durante 14 meses, con una supervivencia media de 43 meses. Los pacientes tratados por más de seis meses vieron su cáncer estancado durante 26 meses, sobreviviendo, en promedio, 87 meses, más de 7 años.
El estudio también identificó características clínicas y patológicas que pueden ayudar a los médicos a predecir qué pacientes pueden beneficiarse de un control prolongado de la enfermedad tras suspender el tratamiento. Además, los investigadores señalaron que, en algunos casos, los pacientes pueden continuar con la inmunoterapia si los efectos secundarios son controlables con esteroides u otros medicamentos antiinflamatorios.
El uso de estos medicamentos no afectó la duración de la supervivencia tras la interrupción del tratamiento, lo que sugiere que los pacientes pueden seguir obteniendo beneficios tras suspender la inmunoterapia.
Este estudio podría ser un recurso valioso para los médicos a la hora de tomar decisiones sobre la interrupción del tratamiento, según comentó Pecci.