El COVID prolongado puede seguir ocho caminos diferentes, según los expertos

El COVID prolongado puede manifestarse en ocho patrones distintos de síntomas, con pacientes que continúan afectados durante meses tras la infección inicial, según un estudio reciente.

Estas ocho “trayectorias” muestran cómo la evolución del COVID persistente varía ampliamente entre personas, dependiendo de la intensidad y la duración de los síntomas, así como de si estos empeoran o mejoran con el tiempo, informaron los autores el 17 de noviembre en Nature Communications.

“La variabilidad que observamos permitirá que futuras investigaciones analicen factores de riesgo y biomarcadores que expliquen por qué algunos pacientes tardan más en recuperarse, y ayudará a identificar posibles blancos terapéuticos”, señaló Tanayott Thaweethai, autor principal del estudio y profesor asistente en la Facultad de Medicina de Harvard.

Para esta investigación, se realizó un seguimiento de cerca de 3.700 adultos que contrajeron COVID-19 por primera vez durante la propagación de la variante ómicron, después de diciembre de 2021.

Aproximadamente el 10% desarrolló síntomas persistentes tres meses después de la infección, y de ellos, el 81% seguía experimentándolos un año más tarde.

Entre quienes presentaron COVID prolongado, se identificaron ocho perfiles diferentes. Cada uno representaba grupos específicos de pacientes cuyos síntomas:

Se mantuvieron constantes.

Variaban, alcanzando el umbral de COVID prolongado solo de manera ocasional.

Fueron disminuyendo con el tiempo.

Comenzaron siendo leves y desaparecieron a los seis meses.

Se intensificaron progresivamente.

Iniciaron con poca intensidad, pero aumentaron pasados 15 meses, en parte debido al incremento del malestar post-esfuerzo.

Se mantuvieron bajos, con episodios pasajeros que no alcanzaban el umbral clínico.

Fueron tan leves que nunca cumplieron los criterios para considerarse COVID prolongado.

Según los investigadores, estas trayectorias permitirán a los médicos realizar un seguimiento más preciso de la evolución de cada paciente con COVID persistente.

“Este estudio responde a la necesidad urgente de definir los distintos cursos que puede tomar el COVID prolongado”, afirmó el Dr. Bruce Levy, director de medicina del Brigham and Women’s Hospital.

Sus conclusiones, añadió, servirán para planificar los recursos necesarios en la atención clínica y de salud pública, además de orientar investigaciones sobre los mecanismos biológicos detrás del COVID persistente.

Los CDC han identificado más de 200 síntomas asociados al COVID prolongado. Entre los más frecuentes se encuentran la fatiga, la niebla mental y el malestar post-esfuerzo, aunque también pueden aparecer tos, dolor torácico, palpitaciones, dolores de cabeza, problemas de sueño, mareos, alteraciones del olfato o gusto, trastornos gastrointestinales, dolores articulares o musculares y erupciones cutáneas.

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