El físico culturismo está relacionado con las muertes cardíacas súbitas

Los físico culturistas dedican innumerables horas al entrenamiento para lograr cuerpos impresionantes, pero ese esfuerzo puede poner en riesgo su corazón, sugiere un estudio reciente.

La investigación, publicada en European Heart Journal, encontró que la muerte cardíaca súbita representa una proporción inusualmente alta de fallecimientos entre los culturistas masculinos. Además, los profesionales del fisicoculturismo tienen cinco veces más probabilidades de morir por un paro cardíaco en comparación con los aficionados.

“El riesgo de fallecimiento en hombres que practican fisicoculturismo es notablemente elevado”, explicó el autor principal del estudio, el Dr. Marco Vecchiato, experto en medicina deportiva de la Universidad de Padua, Italia. “Observamos una incidencia mucho mayor de muerte cardíaca súbita en atletas profesionales, lo que indica que el nivel competitivo puede ser un factor importante en ese riesgo”.

El estudio fue motivado por un creciente número de reportes sobre muertes prematuras en el ámbito del culturismo y el fitness, muchas de ellas causadas por paro cardíaco, indicó Vecchiato.

Un ejemplo reciente es el de José Mateus Correia Silva, un culturista retirado que sufrió un paro cardíaco mientras entrenaba en un gimnasio de Aguas Claras, Brasil, en noviembre de 2024. A pesar de recibir maniobras de reanimación por más de una hora tras ser trasladado por amigos a una estación de bomberos, Silva, de 28 años, no pudo ser reanimado, según medios locales.

“Quiero agradecer al equipo que intentó salvarlo”, dijo su hermano Tiago, quien también señaló que José no tenía antecedentes de problemas de salud. “Fueron muy profesionales y nos brindaron mucho apoyo”.

Para el estudio, se analizaron datos de 20,300 atletas que compitieron en eventos organizados por la Federación Internacional de Culturismo y Fitness (IFBB) entre 2005 y 2020. La salud de estos deportistas fue monitoreada hasta julio de 2023, con un seguimiento promedio de más de ocho años. Durante ese tiempo, se reportaron 121 fallecimientos.

De esos casos, el 38% fueron causados por muerte cardíaca súbita, una condición en la que el corazón deja de latir repentinamente. Sorprendentemente, 11 de esas muertes ocurrieron en atletas menores de 35 años.

Aunque esta condición puede surgir incluso en personas jóvenes y aparentemente sanas, los investigadores señalaron que estos casos suelen ser poco comunes.

El culturismo incluye prácticas que pueden afectar seriamente al corazón, como entrenamientos de fuerza extremos, pérdida rápida de peso mediante dietas muy restrictivas y deshidratación, además del frecuente uso de sustancias para mejorar el rendimiento, explicó Vecchiato.

Estas prácticas pueden ejercer una fuerte presión sobre el sistema cardiovascular, aumentar el riesgo de arritmias y provocar cambios estructurales en el corazón con el tiempo.

De hecho, las autopsias realizadas a cinco fisicoculturistas revelaron que cuatro tenían el corazón agrandado y un engrosamiento anormal del músculo cardíaco, lo cual favorece la insuficiencia cardíaca.

Los culturistas profesionales presentaron un riesgo 5.2 veces mayor de muerte cardíaca súbita en comparación con los aficionados.

“Es probable que los profesionales se involucren de forma más intensa y prolongada en estas prácticas, y que enfrenten más presión para alcanzar físicos extremos”, añadió Vecchiato.

“Para quienes practican fisicoculturismo, el mensaje es claro: aunque el esfuerzo por lograr una excelente condición física es admirable, llevar al extremo la transformación corporal puede representar serios peligros, especialmente para el corazón”.

El estudio también encontró que alrededor del 15% de las muertes en este grupo fueron causadas por incidentes traumáticos, como accidentes, suicidios, homicidios y sobredosis.

“Estos datos reflejan la necesidad de considerar el impacto psicológico de la cultura del fisicoculturismo”, dijo Vecchiato. “Los problemas de salud mental pueden agravarse por el uso de sustancias y aumentar la posibilidad de conductas impulsivas o autodestructivas”.

El equipo de investigadores actualmente está desarrollando un estudio similar enfocado en mujeres fisicoculturistas.

“En términos generales, esta investigación pone en duda la idea de que la apariencia física refleja necesariamente buena salud y evidencia que incluso los cuerpos más atléticos pueden esconder riesgos graves”, concluyó Vecchiato.

“No se trata de criticar el entrenamiento de fuerza o la cultura del fitness”, aclaró. “La actividad física regular y el entrenamiento con pesas pueden ser muy positivos para la salud, mejorar la calidad de vida y reducir el riesgo de muerte”.

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