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El impacto económico de la flor artificial en el norte de Coahuila

Flor artificial
Sallory Zapata/El Tiempo Piedras Negras
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Aunque la flor de cempasúchil sigue siendo el símbolo más arraigado del Día de Muertos, en los municipios del norte de Coahuila, como Piedras Negras, Acuña y Allende, crece cada año el uso de flores artificiales. Su durabilidad, higiene y disponibilidad durante todo el año las vuelven una opción práctica frente a la tradición de las naturales.

Entre el aroma natural y la permanencia del plástico

En Piedras Negras, un ramo de 10 varitas de cempasúchil natural cuesta desde 60 pesos, mientras que los arreglos artificiales —como ramitos o crucifijos de plástico— oscilan entre 200 y 1,000 pesos, aunque los manojos pequeños no superan los 50 pesos. En Monclova, los floristas compran el cempasúchil a mayoristas entre 20 y 50 pesos el ramo y lo venden en cerca de 100 pesos, mientras que las macetas llegan a 150 pesos. Las flores plásticas más comunes, como crisantemos o racimos de “botones”, cuestan apenas 28.58 o 32.50 pesos por ramo.

El administrador del Panteón Municipal de Piedras Negras asegura que las flores de plástico “duran hasta un año”, mientras que las naturales “se pudren en pocos días y generan mosquitos”. Por eso, cada vez más familias eligen adornos artificiales, especialmente durante la temporada de lluvias o cuando se busca mantener la tumba arreglada por más tiempo.

El cempasúchil natural, al ser estacional, llega desde Jalisco, Michoacán y el Estado de México, y su precio depende del transporte y la demanda. Por el contrario, las flores de plástico —fabricadas principalmente en Asia— están disponibles todo el año en florerías, mercerías y tianguis, con un incremento de oferta y precios al acercarse noviembre.

Motivos sanitarios y efecto económico en la región

El auge de las flores artificiales no solo responde a la economía familiar, sino también a recomendaciones sanitarias. En 2024, la Secretaría de Salud de Coahuila exhortó a evitar el uso de flores naturales en panteones para prevenir criaderos de mosquitos transmisores del dengue. Desde 2022, municipios como San Buenaventura ya habían registrado una preferencia marcada por las artificiales tras campañas de salud pública.

En Torreón, un manojo natural de cempasúchil cuesta cerca de 100 pesos, mientras que uno de flor de mano de león ronda los 80 pesos; los arreglos plásticos se cotizan en 30 pesos o 4 por 100. En Saltillo, los ramos naturales se ofrecen a 50 pesos y las macetas a 80, mientras que los adornos plásticos decorativos alcanzan 80 pesos.

El impacto económico de esta tradición es significativo. De acuerdo con la CANACO, en Piedras Negras la derrama económica estimada por las celebraciones del Día de Muertos asciende a 50 millones de pesos, impulsando a florerías, vendedores ambulantes, artesanos, hoteles y restaurantes. Floristas como las de Monclova aseguran invertir hasta 15 mil pesos en mercancía, duplicando sus ventas durante los primeros días de noviembre.

Aunque algunos habitantes se resisten a abandonar el aroma del cempasúchil natural, la realidad económica y sanitaria ha dado protagonismo a las flores de plástico. Hoy, los panteones del norte de Coahuila combinan tradición y modernidad en un mismo altar: una mezcla entre lo que se recuerda y lo que permanece.

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