Antes de que Stephen Curry saliera a entrenar para el partido en Utah el 5 de febrero, salió del vestuario visitante en el Delta Center para abrazar a Andrew Wiggins, quien acababa de enterarse de su traspaso a los Miami Heat, parte de un intercambio monumental entre cinco equipos que llevaría a Jimmy Butler III a Golden State.
Poco después, Steve Kerr, visiblemente afectado, cerró el vestuario durante la rueda de prensa previa al partido para informar al equipo sobre el traspaso, permitiendo que jugadores y entrenadores se despidieran con emoción de Wiggins, Dennis Schroder, Kyle Anderson y Lindy Waters III.
A pesar de tener pocos jugadores, los Warriors perdieron 131-128 ante los Jazz, quienes entonces sumaban 12 victorias, dejando a Golden State con un balance de 25-25.
Después del partido, Curry, quien anotó 32 puntos tras lanzar 31 veces al aro para vencer a los Jazz, regresó al vestuario. Cuatro jugadores ya no estaban en el equipo, pero la llegada de una nueva superestrella estaba próxima.
Emocionado, Curry se giró hacia Draymond Green, quien notó que las lágrimas corrían por sus ojos debido a la intensidad del momento.
"Esto es todo", le dijo Curry a Green. "Es nuestro último viaje".
Curry había esperado toda la temporada poder jugar nuevamente partidos importantes y su meta era obtener un quinto anillo de campeón. Con la llegada de Butler, los Warriors se revitalizaron y Curry veía que la ventana para lograr otro campeonato aún estaba abierta.
Kerr adaptó el ataque para combinar el estilo de Curry con las jugadas más aisladas de Butler. La clave para una quinta victoria por el título dependería de cómo Curry y Butler pudieran fusionar sus talentos ofensivos tan distintos.
"Lo emocionante es que Jimmy nos da la oportunidad de extender esto un par de años", afirmó Kerr, destacando la importancia de Butler para el equipo.
Cuando Butler llegó a los Warriors el 5 de febrero, el equipo tenía un récord de 25-25. Desde su debut el 8 de febrero, los Warriors tienen un récord de 26-9.
Poco más de un mes después del traspaso, Curry celebró su 37º cumpleaños en su casa, rodeado de amigos, incluido Butler. Al final de la fiesta, tres personas seguían jugando póquer hasta la madrugada, disfrutando de una botella de vino y un Château Margaux de seis galones que Butler había traído.
Aunque los estilos de juego de Curry y Butler son opuestos, ambos se complementan. Curry se mueve sin balón, lanzando triples impresionantes, mientras que Butler tiene un enfoque más metódico, buscando penetrar y crear jugadas. A pesar de las diferencias, Curry y Butler han forjado una relación de respeto mutuo.
Kerr elogió a Butler, diciendo que ahora no era necesario generar tanto movimiento sin balón como antes, ya que la presencia de Butler permitía crear espacios y oportunidades de anotación sin necesidad de muchas pantallas.
Butler también ha demostrado ser un gran activo en el caos organizado del sistema de Golden State. Aunque a veces se frustra por las pérdidas de balón, disfruta del estilo de juego único del equipo.
La combinación de Curry y Butler ha sido muy efectiva, con Curry registrando un porcentaje de acierto del 76% en tiros de campo cuando recibe pases de Butler. En los minutos cruciales sin Curry, Butler ha sabido mantener la eficiencia del equipo.
A medida que avanza la temporada, Butler se ha convertido en un gran admirador de Curry, e incluso usó una camiseta con el número 30 de Curry en un entrenamiento. Además, ha declarado que cualquier equipo tiene una oportunidad si Curry está en su alineación.
Desde el traspaso, Curry ha quedado impresionado con el compromiso de Butler, quien ya está completamente integrado en el equipo y dispuesto a crear un nuevo apodo para el grupo, un signo de su total dedicación a esta última etapa de la dinastía de los Warriors.