Entristece que políticas migratorias dañen al patrimonio de muchas personas
El Obispo manifestó que los migrantes con su trabajo han contribuido con el desarrollo de Estados Unidos
Las recientes redadas migratorias realizadas por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en distintas regiones de Estados Unidos han provocado preocupación y rechazo entre diversos sectores sociales, defensores de derechos humanos y líderes religiosos, debido al impacto humano y social que estas acciones representan para miles de familias migrantes.
El Obispo de la Diócesis de Piedras Negras, Alfonso Miranda, expresó su tristeza ante esta situación, calificando como “lamentable” que personas que han construido su vida durante años en territorio estadounidense pierdan todo de la noche a la mañana, como resultado de políticas migratorias que, aunque legales, generan un profundo daño.
“Nos duele ver cómo tantos migrantes, que con su esfuerzo y trabajo han contribuido al desarrollo de los Estados Unidos, se ven despojados de su patrimonio, de su estabilidad y de su paz. No está en mí juzgar si estas acciones son justas o no según la ley, pero sí puedo decir que causan un gran sufrimiento”, señaló el obispo.
Miranda recordó que muchas de estas personas llegaron al país buscando una mejor calidad de vida, huyendo de contextos de pobreza, violencia o falta de oportunidades, y que en su mayoría han sido ciudadanos ejemplares, trabajadores incansables y pilares de sus comunidades.
Asimismo, hizo un llamado a las autoridades a encontrar un equilibrio entre la aplicación de la ley y el respeto a los derechos humanos, subrayando la importancia de considerar el trasfondo de cada historia migrante antes de ejecutar acciones que desintegran familias y destruyen años de sacrificio.
“Es importante no perder de vista que detrás de cada número hay un rostro, una historia, una familia. Nuestra fe nos llama a ser compasivos, a velar por el prójimo, y a no ser indiferentes ante el sufrimiento de los más vulnerables”, afirmó.
Finalmente, el obispo instó a la sociedad a no caer en discursos de odio o división, y a continuar promoviendo una cultura de acogida, solidaridad y respeto, especialmente hacia aquellos que, aun sin documentos, han demostrado ser parte activa y valiosa del tejido social de Estados Unidos.
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