Fluoxetina: para qué sirve, cómo actúa y qué precauciones tomar

La fluoxetina es un medicamento muy comúnmente recetado para tratar distintos trastornos mentales y pertenece al grupo de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS).
Se emplea principalmente para tratar la ansiedad, la depresión y otros trastornos relacionados con el estado de ánimo, ya que aumenta los niveles de serotonina en el cerebro, una sustancia fundamental para el control emocional. Su uso debe estar siempre supervisado por un médico.
Este fármaco, aprobado por organismos de salud a nivel mundial, está indicado para tratar afecciones como la depresión mayor, el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), el trastorno de pánico, la bulimia nerviosa y el trastorno disfórico premenstrual (TDPM). Su efectividad está respaldada por años de práctica clínica y estudios científicos.
Comercialmente, la fluoxetina es conocida principalmente como Prozac, aunque también se encuentra disponible en versiones genéricas o bajo otras marcas como Sarafem. Se presenta en forma de cápsulas, tabletas o solución líquida, y generalmente se toma una vez al día por vía oral, con la dosis ajustada según la condición y la respuesta del paciente.
A diferencia de otros medicamentos psiquiátricos, la fluoxetina no genera adicción ni dependencia física, aunque interrumpir su uso de manera abrupta puede causar efectos secundarios no deseados. Este fenómeno, llamado síndrome de discontinuación, puede incluir síntomas como mareos, ansiedad, insomnio, irritabilidad o cambios en el estado de ánimo.
Debido a que tiene una vida media prolongada, la fluoxetina presenta un menor riesgo de síndrome de discontinuación comparado con otros antidepresivos, pero aún así es recomendable disminuir la dosis gradualmente y siempre bajo vigilancia médica.
Entre los efectos secundarios más frecuentes se encuentran náuseas, dolor de cabeza, nerviosismo o ansiedad, somnolencia o dificultad para dormir, disminución del deseo sexual y sequedad en la boca. Es importante destacar que durante las primeras semanas de tratamiento, especialmente en personas jóvenes, puede incrementarse el riesgo de pensamientos suicidas, por lo que se debe realizar un seguimiento médico cercano.
También se debe tener precaución al combinar la fluoxetina con otros medicamentos, particularmente con inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO), debido al riesgo de desarrollar un síndrome serotoninérgico, una condición potencialmente grave.
Además de la fluoxetina, existen otros medicamentos que elevan la serotonina en el cerebro, como otros ISRS (sertralina, paroxetina, escitalopram, citalopram), inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN) como venlafaxina y duloxetina, que pueden ser útiles cuando hay dolor crónico o fatiga, y la buspirona, un ansiolítico que actúa sobre los receptores de serotonina sin riesgo de adicción.
Como complemento, terapias naturales como el ejercicio físico, la exposición al sol, una dieta rica en triptófano y suplementos como 5-HTP o magnesio pueden ayudar a mejorar el estado de ánimo de manera natural.
ENFERMEDADES: ¿Tomas omeprazol con frecuencia? Estos son los grupos que deben evitarlo
Uso prolongado de omeprazol: estos grupos deben evitarlo por riesgo de efectos secundarios graves El omeprazol es uno de los medicamentos más comúnmente recetados para tratar trastornos gástricos, pero su uso inadecuado puede conllevar riesgos significativos para la salud. -- leer más
Noticias del tema