Formas clave para proteger el futuro educativo de tus hijos en México

Datos del INEGI muestran que 2.2 millones de jóvenes no siguen sus estudios por falta de dinero.
En México, existen diversas alternativas para garantizar que los hijos puedan acceder a una educación superior sin que los gastos representen un problema insalvable para las familias. De entre todas estas opciones, dos se destacan como las más relevantes y usadas: el fideicomiso y el seguro educativo. Ambos mecanismos financieros permiten planificar con anticipación y reducir el impacto económico que puede representar el ingreso a la universidad, además de proteger a la familia en caso de fallecimiento del padre, madre o tutor.
Esta planificación resulta fundamental en un país donde, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), aproximadamente 2.2 millones de adolescentes abandonan la escuela por falta de recursos económicos, un problema que afecta directamente el desarrollo social y económico de México. Así, estas herramientas buscan contribuir a que más jóvenes tengan acceso a la educación superior y logren mejores oportunidades de vida.
Seguro educativo: ahorro con protección. El seguro educativo es un producto financiero que funciona de manera similar a un plan de ahorro con seguro incluido, señala la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef). Su objetivo principal es garantizar que el hijo beneficiario reciba los recursos necesarios para continuar sus estudios superiores, incluso si el titular del seguro (generalmente el padre, madre o tutor) fallece.
Las aseguradoras permiten que el ahorro se haga en pesos, dólares o unidades de inversión (UDIs), recomendando que el dinero se coloque en un instrumento que proteja contra posibles devaluaciones. Para establecer el costo de la prima, se evalúan factores como la salud del contratante, su edad y hábitos (como el tabaquismo), ya que estas variables influyen en el riesgo asumido por la aseguradora.
Los pagos pueden ser mensuales, trimestrales, semestrales o anuales, y en todos los casos se cobra un porcentaje de interés.
Generalmente, los plazos de cobertura son de 15, 18 o 22 años, lo que permite que, cuanto antes se contrate el seguro, menores serán las cuotas al dividir el costo total entre más tiempo.
Además, las pólizas suelen ofrecer coberturas adicionales, que aunque elevan el costo mensual, brindan beneficios extra, como el pago completo de la suma asegurada en caso de fallecimiento o invalidez total y permanente del titular. Estas opciones refuerzan la protección de la familia ante imprevistos, asegurando que los estudios de los hijos no se interrumpan por falta de recursos.
Fideicomiso educativo: flexibilidad y rendimiento. El fideicomiso es un instrumento jurídico y financiero que brinda mayor flexibilidad para realizar aportaciones en favor del contratante y el beneficiario. Normalmente administrado por un banco, este actúa como fiduciario, encargándose de captar, custodiar, administrar e invertir los fondos para generar rendimientos sobre el dinero depositado.
En comparación con el seguro educativo, el periodo de aportación suele ser menor. Además, al tratarse de un ahorro para educación, los rendimientos generados están exentos del impuesto sobre la renta (ISR), lo que representa un beneficio fiscal importante para los padres o tutores.
Una ventaja del fideicomiso es que el ahorro puede calcularse con base en el costo estimado de la universidad que se desea que el hijo ingrese.
Así, las aportaciones se ajustan para alcanzar esa meta financiera. Muchas instituciones financieras también cuentan con convenios con universidades nacionales e internacionales, lo que facilita la aplicación directa de los recursos para pagar colegiaturas y otros gastos educativos.
Los rendimientos que se generan con el tiempo permiten que el ahorro crezca, proporcionando mayor seguridad y estabilidad para cubrir los gastos futuros, incluso en un entorno económico variable. Esto convierte al fideicomiso en una opción atractiva para quienes desean un control más personalizado sobre sus ahorros para la educación.
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