Francesco Acerbi: De vencer el cáncer al 'milagro de San Siro'
Francesco Acerbi tras vencer el cáncer a jugar la final con el inter de Milan
Inter de Milán y París Saint-Germain lucharán en la Allianz Arena de Múnich por convertirse en el nuevo campeón de Europa. Italianos y franceses serán los protagonistas de la final de la Champions League 2024/25 y uno de los jugadores a seguir será el italiano Francesco Acerbi.
El originario de Vizzolo Predabissi es uno de los furtbolistas más veteranos de la plantilla que dirige Simone Inzaghi, pero también es uno de los mayores responsables de que los 'Nerazzurri' tengan una nueva oportunidad de ganar la máxima competencia de la UEFA a nivel de clubes por primera vez desde el 2010.
Acerbi inició su camino en el futbol en las categorías juveniles del Pavia y desde la temporada 2007/08 subió al primer equipo. En 2010, Francesco fue traspasado al Reggina y un año más tarde firmó con el Chievo Verona.
En la campaña 2012/13, Acerbi firmó con el AC Milan, pero a mitad de la temporada regresó al Chievo y al final del curso italiano fue traspasado al Sassuolo, equipo con el encontró la regularidad que buscaba y logró consagrarse como pieza clave del club. En 2019, el central firmó con la Lazio y sus buenas actuaciones en la capital italiana le permitieron firmar con el Inter en 2022
Sin embargo, fuera de las canchas, Acerbi ha enfrentado duras pruebas. En 2012, cuando Francesco firmó con el Milan, el defensa enfrentó episodios de depresión después de la muerte de su padre. Un año después, al italiano le detectaron cáncer luego de encontrarle un tumor en los testículos y tuvo que ser operado. Solo unos meses después de la operación, Acerbi sufrió una recaída que lo llevó a estar meses fuera de las canchas.
No obstante, en una entrevista a La Repubblica, Francesco aseguró que tener cáncer fue una bendición porque le permitió cambiar los hábitos que le estaban perjudicando y adoptar un estilo de vida sano que le permitió alcanzar su mejor versión como futbolista.
"Quería demostrarle a mi padre hasta dónde podía llegar, pero falleció en febrero, poco antes de mi llegada al Milan. Tras su muerte, me sentí vacío y el fútbol no tenía ningún valor. A partir de ahí, todo fue cuesta abajo", dijo Acerbi.
"Hubo un tiempo en que pensé que jugaría 15 años en el Milan, al máximo nivel. Pero sin el cáncer, me habría retirado a los 28. Con la enfermedad, comenzó mi verdadera vida, dándome una segunda oportunidad. El cáncer fue mi suerte. Doy gracias a Dios por haberlo tenido. Por fortuna, alguien de ahí arriba me amaba y me envió la enfermedad. Sin ella, hubiera terminado muy mal. Nadie me hubiera salvado", agregó.
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