Muy apreciados por su sabor característico e inconfundible dentro de la comida callejera mexicana, los tacos de tripa crujiente, acompañados de limón, salsa y cebolla, son un deleite que genera una gran pasión casi generalizada.
No obstante, los especialistas en nutrición han llamado la atención sobre el consumo frecuente de estos tacos, advirtiendo sobre posibles riesgos para la salud si no se consumen con moderación.
Aunque los tacos de tripa no son dañinos por sí mismos, la forma en que se preparan y sus ingredientes requieren que se consuman de manera consciente. La tripa de res, principal componente, suele freírse en aceite o cocinarse a la plancha, y en muchas ocasiones se sirve en tortillas también fritas.
Este proceso eleva significativamente su valor calórico. Una porción de unos 140 gramos contiene aproximadamente 178 miligramos de colesterol, que equivale a cerca del 59 % del límite diario recomendado. A esto se suma la grasa adicional del aceite y otros acompañamientos, aumentando aún más su contenido calórico total.
Aunque no existe una relación directa comprobada entre comer tacos de tripa y la diabetes, los expertos en nutrición señalan que su consumo frecuente puede promover un estilo de vida poco saludable, especialmente cuando se combina con una dieta alta en grasas y azúcares y poca actividad física.
Un estudio publicado en la revista científica Elsevier mostró que las personas que consumen alimentos fritos más de siete veces por semana tienen un 55 % más de probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2. Este mayor riesgo se atribuye al exceso de calorías y grasas saturadas, que afectan negativamente el metabolismo y aumentan la resistencia a la insulina.
El abuso en el consumo de tacos de tripa también se vincula con otros problemas de salud, como el aumento del colesterol, que eleva la probabilidad de enfermedades cardiovasculares; la obesidad, especialmente cuando se acompañan con bebidas azucaradas y porciones grandes; y trastornos digestivos, que pueden derivarse de una preparación incorrecta o falta de higiene.
La clave para disfrutar los tacos de tripa sin poner en riesgo la salud está en la moderación y el consumo responsable. Los nutricionistas recomiendan comerlos de forma ocasional, preferentemente no más de una vez a la semana.
Además, es fundamental que su preparación cumpla con estrictas normas higiénicas. Optar por tortillas que no estén fritas y evitar usar doble tortilla son consejos importantes. También, acompañarlos con verduras frescas o agua natural en lugar de refrescos favorece una elección más saludable.