Han transcurrido 15 del accidente aéreo que cobro la vida de 'Pepe' Maldonado
El entonces Alcalde de Piedras Negras supervisaba la presa la Fragua ante los reportes de posibles inundaciones

Se cumplen 15 años de uno de los episodios más trágicos en la historia reciente de Piedras Negras: el accidente aéreo en el que perdió la vida el entonces presidente municipal, Lic. José Manuel “Pepe” Maldonado Maldonado, mientras cumplía con su deber en plena contingencia por los remanentes del huracán Alex.
Era el año 2010 y Piedras Negras, al igual que buena parte del norte del país, enfrentaba una emergencia climática sin precedentes. El huracán Alex, que días antes había azotado la región, dejó tras de sí una estela de destrucción, lluvias intensas e incertidumbre ante el aumento en los niveles de los cuerpos de agua cercanos, como la presa La Fragua.
Como siempre, el alcalde Maldonado no se quedó en su oficina. Fiel a su estilo de trabajo cercano y comprometido, salió a recorrer personalmente las zonas afectadas, supervisó los daños y atendió a los ciudadanos con su característico espíritu de servicio. Ese día, tras ofrecer una rueda de prensa en la Central de Bomberos, se dirigió al aeropuerto para realizar un sobrevuelo de evaluación y vigilancia en la zona de la presa, consciente del riesgo que implicaba una posible ruptura o desbordamiento.
La tensión era latente. Apenas seis años antes, en 2004, la ciudad había vivido la devastadora inundación del 04/04/04, cuyas cicatrices aún estaban frescas en la memoria colectiva. El sobrevuelo permitiría tener un panorama real y tomar decisiones basadas en evidencia.
Sin embargo, la tragedia ocurrió minutos después del despegue. La avioneta en la que viajaban el alcalde y su equipo se desplomó, provocando una pérdida irreparable para el municipio y el estado. En el accidente también fallecieron el director de Protección Civil, Ricardo Garza Bermea; el fotógrafo del Ayuntamiento, David Rey Chavira; el piloto Juan Roberto Rendón; los empresarios Alfonso y Guillermo Ainslie Montemayor, así como el copiloto, Guillermo Ainslie hijo.
La noticia cayó como un balde de agua fría. La ciudad entera se paralizó, el luto cubrió las calles de Piedras Negras y el país entero se unió en condolencias por la pérdida de un servidor público que, con vocación, entrega y un profundo amor por su tierra, ofrendó su vida por proteger a los suyos.
José Manuel Maldonado Maldonado, conocido por todos como “Pepe”, fue una figura emblemática en la política local. Su liderazgo se caracterizó por el contacto directo con la ciudadanía, por la atención a las colonias, la inversión en infraestructura social, y sobre todo, por su cercanía con las personas. Era habitual verlo en las calles, supervisando obras, resolviendo problemas, dialogando con vecinos.
En ese momento, el país reconoció en él el ejemplo de un funcionario que antepuso el bienestar de su comunidad incluso en las condiciones más adversas. Pepe no delegó la responsabilidad de supervisar la presa desde el aire. Él mismo decidió ir, como siempre, al frente. Su legado no solo está en las obras y acciones de su gobierno, sino en la entrega total con la que vivió su vocación pública.
El impacto de la tragedia se reflejó en los días de duelo que se vivieron en la ciudad. Las banderas ondearon a media asta, miles de personas acudieron a rendir homenaje a los fallecidos, y los nombres de cada uno de ellos quedaron grabados en la memoria de una ciudad que aún, 15 años después, los recuerda con respeto, admiración y dolor.
Desde entonces, la figura de Pepe Maldonado ha sido recordada año con año no solo como un alcalde, sino como un símbolo del compromiso, de la responsabilidad y del amor genuino por la función pública. En múltiples espacios se han colocado placas conmemorativas, y su historia sigue siendo contada a las nuevas generaciones como ejemplo de entrega y sacrificio.
Además de su legado político, muchos destacan su calidez humana, su humildad y su fe, aspectos que marcaron también su manera de gobernar. Fue esposo, padre y amigo, y hasta el último momento, cumplió con la consigna de estar con su gente, incluso si eso implicaba un riesgo.
A 15 años de aquel fatídico 7 de julio de 2010, Piedras Negras no olvida. El recuerdo del alcalde y de todos quienes perdieron la vida en ese vuelo sigue vivo en la memoria colectiva. Son parte de la historia de esta ciudad, no solo por el cargo que desempeñaban, sino por el profundo sentido de responsabilidad y servicio que los movía.
Hoy, mientras se conmemora este triste aniversario, las palabras que más se repiten entre quienes los conocieron y valoraron su trabajo son las de agradecimiento y reconocimiento. Que su legado inspire a las generaciones futuras a servir con la misma pasión, empatía y compromiso.
Porque hay vidas que, aunque se apaguen prematuramente, encienden para siempre el espíritu de una comunidad.
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