El Tiempo de Monclova

Reportajes especiales Entrevista Monclova Piedras Negras Carbonífera Saltillo Torreón Seguridad

Héctor Horacio Dávila Rodríguez, empresario y filántropo de Saltillo

Descubre la inspiradora trayectoria de Héctor Horacio Dávila Rodríguez, destacado empresario y filántropo de Saltillo, apasionado por los autos clásicos.

Entrevista
Penélope Cueto
comparte facebook comparte X comparte WhatsApp comparte Telegram

Con un profundo compromiso social, ha liderado iniciativas que impactan tanto en el ámbito económico como en el comunitario.

Héctor Horacio Dávila Rodríguezempresario industrialhotelerofilántropo y coleccionista de autos clásicos, ha forjado su trayectoria desde cero hasta consolidarse como una de las figuras más representativas del sector empresarial en Saltillo, Coahuila. En esta entrevista comparte, con detalle y objetividad, el recorrido que lo ha llevado al mundo industrial y a la hotelería, su pasión por los autos clásicos y sus sueños por cumplir.

Desde la carrera que estudió becado en el Tecnológico de Monterrey, su incursión en el sector automotriz y la creación de asociaciones civiles, su historia es reflejo de perseverancia, enfoque y compromiso con el desarrollo de su comunidad.

 ¿Cuál fue su formación académica y cómo inició su trayectoria laboral?

"Soy ingeniero industrial y de sistemas, egresado del TEC de Monterrey, donde también realicé una maestría en administración. Ambas con beca completa. Antes, estudié en la escuela anexa a la Normal y en el Colegio México en Saltillo. Pasé un año en Estados Unidos para perfeccionar el inglés y regresé a terminar la prepa en el Colegio México".

"Empecé trabajando en John Deere, que me financió la maestría, y luego en General Motors con el mismo acuerdo. En 1986 me casé con Patricia Talamás Hernández y nos fuimos a trabajar a Baja California Sur, en un proyecto de exportación de yeso para Gold Bond, donde enviábamos más de un millón de toneladas anuales a Estados Unidos".

Mi esposa es el amor de mi vida. Tengo 40 años de casado y ha estado conmigo en las buenas y en las malas.

 ¿Cómo decidió convertirse en empresario?

"Tenía 29 años cuando decidí dejar la vida laboral formal. Durante una Navidad regresé a Saltillo y no volví a Baja California Sur. Inicié una empresa llamada Schumacher, donde fabricábamos productos para niñas. Luego, pasamos a proyectos industriales con maquinaria y moldes prestados".

"Fabricamos flotadores para Vitromex. Después montamos un taller mecánico, pero no era rentable. Cerramos y nos enfocamos en inyección soplo, lo cual fue decisivo. Más adelante, decidimos dedicarnos al sector automotriz, lo cual implicó certificaciones, maquinaria especializada y altos estándares de calidad. Fue un reto, pero permanecimos en el sector".

¿Cómo empezó su incursión en la hotelería?

"Fue durante el periodo en que aún teníamos el taller mecánico. Compramos una propiedad en General Cepeda y construimos el Hotel Santa Rosa con 12 habitaciones, que crecieron a 20. Mi abuela, María Concepción Rodríguez Imperial, tenía el antiguo Hotel Imperial, que reconstruimos para tener 72 habitaciones con financiamiento de Fonatur, gracias al apoyo de Pedro Joaquín Coldwell".

"Después vino el Hotel Daro (Dávila Rodríguez), diseñado para 100 habitaciones y construido inicialmente con 50 que está ubicado en la zona industrial de Saltillo, cerca de Chrysler, lo que ha sido estratégico".

¿Cuál ha sido el momento más difícil en su carrera empresarial?

"La inseguridad, la pandemia y las devaluaciones. En la pandemia llegamos al 5% de ocupación hotelera. Aprendimos la importancia de tener colaboradores multifuncionales y de ser flexibles ante los cambios. La adversidad nos enseñó a sobrevivir, a pesar de la incertidumbre.”

“Durante la inseguridad hubo momentos en los que pensamos abandonar el país, pero “nos nos amarramos”, bajamos el bajo perfil y nos quedamos y las devaluaciones que han sido de gran impacto para muchas empresas. Afortundamente hemos podido salir adelante.”

¿En qué cámaras y asociaciones ha participado?

"Fui presidente de Canacintra, presidente de la asociación de hoteleros, de Has Latir un Corazón y de los Rotarios. Fundé dos clubes de autos: Autos Clásicos de Saltillo y Autos Clásicos de Coahuila y también participé con empresarios de Monterrey".

¿Qué lo motiva a participar en acciones filantrópicas?

"Me gusta proponer y actuar. No creo que el gobierno tenga siempre la razón, por eso hay que señalar con propuestas. Tenemos una asociación que se llama Hagámoslo Hoy por Ramos Arizpe, sin fines políticos, donde hemos entregado sillas de ruedas, camas, medicamentos, becas y despensas".

"Nuestro lema es 'Dar de sí sin pensar en sí'. Actualmente tenemos un proyecto llamado Escuela de Lenguaje, donde 60 niños que no podían hablar ahora lo hacen. Tenemos 650 en lista de espera y hemos graduado a 126 niños. Es uno de nuestros logros más significativos".

¿Qué le falta por hacer? ¿Tiene sueños pendientes?

"Sí, tres principalmente: ser alcalde de Ramos Arizpe, porque desde esa posición se puede ayudar a más personas; crear el Museo del Automóvil, ya que producimos autos pero no tenemos un espacio dedicado a su historia; y ver realizados, plenos y aún más felices a mis tres hijos: Héctor, Ana Belem y Arlyne Carolina".

¿De dónde nace su afición por los autos?

"Tuve un accidente fuerte que me impidió seguir en el deporte y comencé a enfocarme en los autos. En secundaria, tras trabajar en Estados Unidos, compré mi primer auto clásico: una camioneta Big Window de 1958. Luego fui comprando otros y ya tengo 30 autos clásicos".

¿Cuál es su auto favorito?

"La Big Window 1958, porque fue la primera. Mi esposa la empujó cuando no tenía gasolina y ahí dije: 'esta es la buena, con ella me caso', porque fue capaz de amarme cuando no tenía dinero, pero volviendo al tema de los carros también me encanta una Ford Tudor 1931, un Mini Cooper, una Cheyenne 1972 y una Suburban 1972 de tres puertas, son de mis favoritas".

Entrevista
Entrevista

Héctor Horacio Dávila Rodríguez, con más de 40 años de trayectoria empresarial, representa una visión integral del liderazgo. Su historia muestra que el éxito no solo se mide en cifras, sino también en impacto social y vocación de servicio. Entre industria, hospitalidad, autos y altruismo, su legado crece, con la mirada puesta en nuevos retos y un firme compromiso con su comunidad.

comentar nota

Entrevista: Johanna Valdés Locutora.

  Desde que tengo uso de razón los medios de comunicación han estado dentro de mi vida. Mis papás han sido locutores; mi mamá sigue trabajando actualmente en una estación de radio de la ciudad, y mi papá fue gerente de la compañía de cable en Zaragoza, además de locutor -- leer más

Noticias del tema


    Más leído en la semana