Izumi Dolly:
Cosplayer apasionada y embajadora del mundo anime

¿Cómo te inicias en el Cosplay?
Desde que estaba muy chiquita me gustaba el anime y las distintas series televisivas que en la actualidad ya han invadido hasta las plataformas de internet. Recuerdo que desde niña me llamaba mucho la atención todo ese mundo: los colores, los personajes, las historias tan distintas a lo que normalmente veíamos en televisión. Me sentía muy identificada con algunos personajes y me emocionaba imaginarme siendo uno de ellos.
Pero la verdad es que nunca pensé que me enfocaría tanto en este mundo. Fue algo que me fue atrayendo poco a poco y que con el paso del tiempo se convirtió en una parte muy importante de mi vida. El Cosplay llegó como una forma de expresar esa pasión que siempre tuve por el anime. Empecé con cosas muy sencillas, con materiales que tenía en casa, copiando los estilos de algunos personajes que me gustaban.
Ahora ya tengo varios años dedicada a esto y he interpretado diversos personajes, sobre todo inspirados en videojuegos, que también me encantan. Todo esto me apasiona. Me hace muy feliz subirme a un escenario, participar en eventos y ver cómo las personas reaccionan con cariño a los personajes que presento. Lo mejor de todo es que soy muy bien aceptada. Hay mucho respeto y una comunidad muy bonita detrás del Cosplay.
¿El Cosplay requiere de invertirle dinero y tiempo?
La verdad es que sí, se requiere de ambas cosas. El Cosplay no es solo ponerse un disfraz, es todo un proceso que incluye planeación, diseño, confección, maquillaje, interpretación y hasta fotografía. Los disfraces, si los quieres con calidad y muy apegados al personaje original, necesitan una inversión considerable. Hay materiales que son caros, pelucas que deben ser estilizadas, accesorios que se mandan a hacer a medida o incluso se importan de otros países.
También está el tema del tiempo. A veces se necesitan semanas o incluso meses para lograr un traje completo. Desde que eliges al personaje hasta que lo presentas por primera vez, hay muchas etapas que requieren dedicación. En lo personal, me gusta cuidar cada detalle, así que me involucro en todo: desde la búsqueda de telas hasta el armado de props (accesorios como armas o mochilas de los personajes).
En el mercado existen diversos comercios dedicados a la venta de trajes de Cosplay, tanto físicos como en línea, y es donde normalmente consigo la mayoría de mi ropa. Pero muchas veces también mando a hacer trajes personalizados, especialmente cuando el personaje que quiero interpretar es muy específico o poco común.
El maquillaje es otro elemento clave. Aprender técnicas para dar vida al personaje es fundamental, y eso también implica tiempo, ensayo y error. En resumen, sí se necesita invertir, pero cuando haces lo que amas, todo ese esfuerzo vale completamente la pena.
¿En la actualidad consideras que el anime ha crecido de manera importante en México?
Sí, demasiado. El anime ha tenido un crecimiento impresionante en todo México. Lo que antes era considerado como un gusto de nicho o algo para "raros", hoy se ha convertido en parte de la cultura popular. Hay una gran afluencia de personas interesadas en este mundo y lo mejor de todo es que abarca todos los sectores de la población.
Tanto niños como adultos disfrutan del anime. Ya no es exclusivo para una edad ni para un género. Hay historias para todos los gustos: comedia, romance, drama, acción, ciencia ficción, fantasía... La variedad es infinita y por eso ha conectado con tantas personas. Además, el doblaje en español ha tenido un papel muy importante para que las series se vuelvan más accesibles para el público mexicano y latinoamericano.
Hoy en día ya no solo se consume anime a través de la televisión. Las plataformas de streaming tienen catálogos amplísimos y actualizados, lo que permite que más personas se acerquen a este contenido. También está la música, la moda, la gastronomía y el arte visual que rodean al anime y que poco a poco se han infiltrado en la cultura mexicana. Por eso también vemos más eventos, más convenciones, más tiendas especializadas, y más cosplayers.
La cultura coreana y japonesa han ganado terreno, no solo por el anime, sino por todo lo que representan. Las personas ya no lo ven como "caricaturas", sino como historias profundas, con mensajes importantes, y personajes complejos. Eso ha sido clave para que el anime se vuelva una pasión compartida, un lenguaje común entre generaciones, y una fuente de inspiración para muchos.
En lo personal, me da muchísimo gusto ver cómo se ha normalizado este gusto. Antes era algo que se escondía, ahora es motivo de orgullo. Me encanta que los jóvenes tengan la libertad de expresarse, de crear sus propios personajes, de disfrazarse sin miedo al qué dirán. El Cosplay y el anime nos dan una identidad, nos permiten ser parte de algo más grande, una comunidad global que no entiende de fronteras.
Izumi Dolly es mucho más que una cosplayer: es una artista que ha encontrado en el anime y el cosplay una forma de vida y de expresión personal. Su testimonio refleja la evolución de una cultura que pasó de los márgenes al centro del interés colectivo. Hoy, gracias al esfuerzo de personas como ella, el Cosplay en México tiene rostro, nombre y pasión. Para Izumi, vestir a sus personajes favoritos no es solo un pasatiempo, sino una misión de vida que lleva con orgullo y creatividad.
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