Knicks vs Pacers: Rivalidad renovada que podría cambiar el Este

Uno de los momentos más recordados del documental "The Last Dance" es el mensaje que Michael Jordan le lanzó a Larry Bird, entonces entrenador de los Indiana Pacers, tras vencerlos en el séptimo juego de las Finales de la Conferencia Este de 1998:

“¡Maldita sea! ¡Jód----!”

Ese instante forma parte del intenso historial de rivalidades que han marcado el camino de los Pacers a lo largo de los años. Aunque el equipo no ha conquistado un campeonato desde que se integró a la NBA en 1976 procedente de la ABA, ha protagonizado múltiples enfrentamientos cargados de tensión en la Conferencia Este.

Las batallas contra los New York Knicks en los años 90 han vuelto a cobrar vida con las imágenes de Reggie Miller haciendo el icónico gesto de estrangulamiento durante las finales del Este de 1994, un momento que aún se repite con frecuencia.

A mediados de los 2000, el histórico altercado conocido como "Malice at the Palace" reflejó la fuerte rivalidad con los Detroit Pistons. En la década de 2010, los Pacers se toparon tres veces consecutivas en los playoffs con el Miami Heat, destacando una memorable serie de siete partidos en 2013, todos ganados por Miami, pero extremadamente disputados.

Hoy, con equipos como los Celtics, Cavaliers y Bucks enfrentando grandes dudas sobre su futuro, los Knicks y los Pacers podrían convertirse en los nuevos contendientes dominantes del Este.

Esta es la segunda postemporada seguida en la que Knicks y Pacers se ven las caras. En la segunda ronda del año pasado, Indiana venció en un séptimo juego desequilibrado en el Madison Square Garden, aprovechando que Nueva York estaba plagado de bajas. Ahora, en las Finales del Este de 2025, se perfila el nacimiento de una nueva etapa en esta rivalidad.

A pesar de no haber sido favoritos en ningún momento de la temporada, ambos equipos están construidos pensando en el mediano plazo. Y con Boston y Cleveland eliminados en segunda ronda por estos mismos finalistas, y con serias dudas sobre su capacidad para mantener sus plantillas, se abre una oportunidad clara para que Knicks y Pacers se consoliden en la cima, quizá por varios años.

Los Pacers también deberán tomar decisiones importantes en el verano, especialmente sobre el futuro del pívot Myles Turner, quien se convertirá en agente libre sin restricciones el 30 de junio. Turner, un veterano con una década en el equipo, está en su mejor momento a los 28 años. Promedió 15.6 puntos y 6.5 rebotes por juego esta temporada, se mantiene como uno de los mejores bloqueadores de la liga y tuvo su mejor año en triples, con casi un 40% de efectividad. En el segundo juego de la serie, anotó 16 puntos, tomó un rebote clave y acertó los tiros libres decisivos que dieron a los Pacers una ventaja de 2-0.

Este año, Turner ganó menos de 20 millones de dólares, lo que lo convirtió en una ganga, pero es inminente que reciba un contrato más lucrativo.

Además, Indiana deberá afrontar el pago de 91 millones de dólares en salarios para Tyrese Haliburton y Pascal Siakam en la próxima temporada. Andrew Nembhard, una joya descubierta en segunda ronda, también recibirá un aumento significativo tras renovar contrato: pasará de ganar 2 a 18 millones anuales.

Fuentes internas indican que los Pacers podrían estar a las puertas de una nueva era, algo que no se veía desde hace dos décadas, con el objetivo de mantenerse al nivel de Celtics, Cavs, Knicks y demás contendientes del Este.

Históricamente, los Pacers —como franquicia de mercado pequeño— han evitado pagar el impuesto de lujo desde 2005. De hecho, el gasto total autorizado por los hermanos Simon en concepto de ese impuesto apenas supera los 10 millones en toda la historia del equipo. Como comparación, ocho equipos de la liga pagarán más de 15 millones en impuestos solo esta temporada.

Sin embargo, con Herb Simon por cumplir 91 años y la incorporación de nuevos inversores en los últimos años, la franquicia ha mostrado señales de estar dispuesta a invertir más. Tras otra destacada participación en playoffs, todo apunta a que Indiana podría volver a pagar impuesto de lujo para retener a su núcleo y competir al más alto nivel.

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