La cocina, siendo uno de los lugares más frecuentados en el hogar, puede convertirse en un foco de bacterias si no se tiene cuidado con ciertos detalles. Según expertos en higiene doméstica, objetos como los mandos de los electrodomésticos, el fregadero y las esponjas reutilizables suelen albergar más microorganismos de lo que pensamos.
Sin embargo, con algunos ajustes en la rutina de limpieza y el uso de productos adecuados, es posible mantener la cocina en óptimas condiciones.
Uno de los principales puntos de contaminación son los mandos, pomos y paneles táctiles de los electrodomésticos. Estos elementos, que se tocan continuamente durante la preparación de alimentos, rara vez se limpian con la frecuencia necesaria. Limpiarlos semanalmente con el producto adecuado puede marcar una gran diferencia.
El fregadero también es un área clave. Aunque está en contacto constante con agua, esto no garantiza su limpieza. En las uniones, desagües y grifos se acumulan residuos y bacterias, especialmente después de manipular alimentos crudos. Los expertos sugieren desinfectarlo todos los días con productos específicos y secarlo bien para evitar que los microorganismos se proliferen.
Las esponjas, paños y cepillos reutilizables, aunque son indispensables en cualquier cocina, son caldo de cultivo para bacterias. Al retener humedad y restos orgánicos, pueden convertirse en una fuente de contaminación. La recomendación es lavarlos con agua caliente después de cada uso y desinfectarlos en el lavavajillas, o bien reemplazarlos con regularidad.
Las tablas de cortar, sobre todo las de madera, requieren especial atención. Después de cada uso, deben limpiarse bien y secarse completamente. Además, es recomendable tener tablas separadas para cortar carnes y vegetales, para evitar la contaminación cruzada.
Finalmente, los frigoríficos, aunque mantienen los alimentos a bajas temperaturas, no están exentos de problemas. Los cajones y estantes pueden acumular líquidos y restos que favorecen el crecimiento de moho y bacterias. Limpiar el refrigerador una vez al mes, junto con revisar regularmente los alimentos almacenados, es esencial para garantizar un ambiente seguro.