La contaminación del aire se relaciona con tumores cerebrales comunes

Respirar aire contaminado podría elevar el riesgo de desarrollar un tipo de tumor cerebral no canceroso, según una nueva investigación.
El estudio, publicado el 9 de julio en la revista Neurology, encontró que varios contaminantes del aire —como las partículas finas y el dióxido de nitrógeno— están vinculados con un mayor riesgo de meningiomas, tumores que se forman en las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal.
“Ya se sabe que distintos tipos de contaminación atmosférica pueden afectar la salud, y las partículas ultrafinas tienen la capacidad de atravesar la barrera hematoencefálica, lo que podría impactar directamente en el cerebro”, explicó Ulla Hvidtfeldt, autora principal del estudio y científica del Instituto Danés del Cáncer, en un comunicado de prensa.
El estudio sugiere que la exposición prolongada a la contaminación del tráfico y otras fuentes podría contribuir al desarrollo de meningiomas, sumando evidencia de que la contaminación del aire también afecta al cerebro, no solo al corazón o los pulmones, añadió Hvidtfeldt.
En Estados Unidos, más de 170,000 personas son diagnosticadas cada año con meningiomas, según datos de la Clínica Cleveland. Los síntomas pueden incluir dolor de cabeza, mareo, náusea, visión borrosa, pérdida de audición, convulsiones, problemas de memoria, debilidad o parálisis muscular y cambios en el comportamiento o la personalidad.
El tratamiento de estos tumores puede involucrar cirugía, radioterapia o quimioterapia.
Para este estudio, los investigadores siguieron a cerca de 4 millones de adultos en Dinamarca a lo largo de 21 años. Durante ese periodo, más de 16,600 desarrollaron tumores cerebrales o en la médula espinal, y entre ellos, más de 4,600 fueron casos de meningioma.
El equipo de investigación estimó la exposición individual a la contaminación del aire según las direcciones residenciales de los participantes.
Los resultados revelaron que las personas expuestas a los niveles más altos de contaminación atmosférica presentaban una tasa tres veces mayor de meningiomas en comparación con quienes estuvieron expuestos a niveles más bajos: 0.2 % frente a 0.06 %.
Además, el riesgo aumentaba a medida que se incrementaba la exposición a distintos contaminantes:
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Partículas finas (PM2.5): Por cada aumento de 4 microgramos por metro cúbico, el riesgo de meningioma subía un 21 %. Estas partículas tienen un diámetro de 2.5 micras, mientras que un cabello humano mide entre 50 y 70 micras.
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Dióxido de nitrógeno (NO₂): Cada aumento de 8.3 µg/m³ se asoció con un 12 % más de riesgo.
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Partículas ultrafinas (menores a 0.1 micras): Un incremento de 5,747 partículas por cm³ elevaba el riesgo en un 10 %.
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Carbono en el aire: Un aumento de 0.4 µg/m³ se relacionaba con un 3 % más de riesgo.
No se detectaron asociaciones claras entre la contaminación y tumores cerebrales más agresivos.
“Aunque la investigación sobre las partículas ultrafinas aún está en una etapa inicial, nuestros resultados apuntan a un posible vínculo entre la exposición a estas partículas —especialmente las asociadas al tráfico vehicular— y el desarrollo de meningiomas”, comentó Hvidtfeldt.
Sin embargo, los autores subrayan que este tipo de estudios no puede demostrar una relación causa-efecto, solo una correlación.
“Se necesitan más investigaciones para confirmar estos hallazgos. Pero si mejorar la calidad del aire puede ayudar a prevenir tumores cerebrales, estaríamos hablando de un avance significativo para la salud pública”, concluyó la investigadora.
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