La estrategia 'California sobria' podría reducir el consumo de alcohol

Cada vez más personas están dejando el alcohol y optando por consumir marihuana, una tendencia conocida como “sobriedad californiana” o California sober.

Un estudio reciente sugiere que este estilo más flexible de sobriedad podría tener cierto fundamento.

Según una investigación publicada el 19 de noviembre en el American Journal of Psychiatry, fumar marihuana podría llevar a una reducción en el consumo de alcohol, al menos a corto plazo.

Los experimentos de laboratorio mostraron que la exposición al THC —el componente psicoactivo del cannabis— hizo que las personas bebieran menos y tardaran más en comenzar a beber alcohol.

Además, cuando los participantes consumían cannabis con niveles más altos de THC, bebían aún menos en comparación con la marihuana con menor contenido de este compuesto.

“Lo que observamos coincide con la idea del efecto sustitución, popularizada por la tendencia de la sobriedad californiana”, explicó la autora principal, Jane Metrik, profesora en la Universidad de Brown.

“En lugar de que el cannabis aumentara el deseo o la ingesta de alcohol, ocurrió lo contrario”, añadió. “El cannabis redujo las ganas de beber en ese momento, disminuyó la cantidad de alcohol consumida en un lapso de dos horas e incluso retrasó el primer trago cuando el alcohol estaba disponible”.

El término “California sober” fue creado por la cantante Demi Lovato para describir el uso moderado de marihuana mientras se evita el alcohol y otras drogas más fuertes. Sin embargo, Lovato posteriormente se distanció de esa idea, afirmando que la sobriedad total es la única forma que funciona para ella.

Para esta investigación, se reclutaron 157 adultos entre 21 y 44 años que solían beber en exceso y consumían marihuana al menos dos veces por semana.

Cada participante acudió al laboratorio en tres ocasiones diferentes y, en cada visita, se le proporcionó uno de tres tipos de porro en orden aleatorio: uno con alto contenido de THC, otro con bajo contenido y un tercero sin THC (placebo).

Luego de fumar, pudieron consumir su bebida alcohólica preferida durante dos horas, con la opción de recibir 3 dólares por cada trago que rechazaran. Se les dio suficiente alcohol para que su nivel de alcoholemia pudiera llegar hasta aproximadamente 0,10 g/dL, por encima del límite legal en la mayoría de los estados.

Los resultados mostraron que los participantes bebieron menos los días en que fumaron cannabis con THC, comparado con cuando consumieron el porro placebo.

La concentración de THC también tuvo un papel importante. Al fumar cannabis con 3,1% de THC, los participantes redujeron su consumo de alcohol en un 19% frente al placebo. Con cannabis al 7,2% de THC, la reducción llegó al 27%.

El THC también disminuyó el deseo de beber: quienes consumieron el cannabis más potente tardaron más en tomar su primera bebida respecto a cuando fumaron el placebo.

“El cannabis reduce el impulso momentáneo de beber”, señaló Metrik. “Lo que aún desconocemos es cómo se manifiesta este efecto a largo plazo”.

Los investigadores aclararon que esto no debe interpretarse como una recomendación para reemplazar el alcohol con marihuana. El cannabis también puede generar dependencia.

Además, señalaron que para algunas personas la marihuana podría incluso aumentar el consumo de alcohol, especialmente entre quienes suelen combinarlos para intensificar los efectos o en contextos sociales.

El equipo continúa investigando mediante un ensayo clínico los efectos de consumir marihuana y alcohol simultáneamente, así como el papel de diferentes componentes del cannabis, como el THC y el CBD, en el consumo de alcohol.

“Nos corresponde seguir estudiando estas cuestiones”, concluyó Metrik. “Por ahora, no podemos afirmar que alguien deba usar cannabis como sustituto para un consumo excesivo o problemático de alcohol”.

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