Consumir alimentos ricos en fibra como verduras, granos integrales, legumbres y otros productos similares no solo beneficia al sistema digestivo, sino también al corazón, según revela una investigación reciente.
De acuerdo con un estudio publicado en Cardiovascular Research, las personas que llevan dietas pobres en fibra presentan una mayor tendencia a desarrollar arterias obstruidas por acumulación de placa.
Los investigadores explicaron que los escáneres por tomografía computarizada evidenciaron que la alimentación influye no solo en la aparición de placas en las arterias, sino también en su tipo y peligrosidad, ya que algunas son más inestables y aumentan el riesgo de infarto y accidente cerebrovascular.
“Al comparar las imágenes de las arterias coronarias con los patrones alimenticios, observamos una conexión clara entre el tipo de dieta y la presencia de placas, así como entre la dieta y qué tan peligrosas pueden ser esas placas”, explicó Isabel Gonçalves, profesora de cardiología en la Universidad de Lund, Suecia.
La Asociación Americana del Corazón señala que tanto el colesterol como las grasas intervienen en el desarrollo de placas a través del proceso de aterosclerosis. Estas acumulaciones reducen el diámetro de las arterias, disminuyendo el flujo sanguíneo, y si se rompen, pueden bloquear la circulación completamente y provocar un infarto o un derrame cerebral.
Para el estudio, los científicos analizaron a más de 24,000 adultos de entre 50 y 64 años que participaron en una investigación sueca sobre salud cardiovascular entre 2013 y 2018, muchos de ellos sin diagnóstico previo de enfermedad cardíaca.
Los datos mostraron que el 44 % de quienes seguían una dieta poco saludable desarrollaron placas arteriales, frente al 36 % entre quienes mantenían una alimentación más equilibrada.
Además, los casos de placas más peligrosas —aquellas que obstruyen al menos el 50 % de la arteria o que son propensas a romperse— fueron 60 % más frecuentes entre los participantes con la dieta de peor calidad.
“Nuestros hallazgos sugieren que una alimentación baja en fibra podría provocar alteraciones metabólicas y fisiológicas que contribuyen a la aparición de placas más problemáticas”, añadió Gonçalves.
Aunque la fibra es un elemento fundamental para el corazón, los expertos subrayaron que lo más importante es el conjunto de hábitos alimenticios.
“No es un solo alimento lo que determina la salud, sino el patrón dietético completo”, afirmó Ingrid Larsson, nutricionista y profesora asociada en la Universidad de Gotemburgo.
Según Larsson, una dieta basada en vegetales, frutas, cereales integrales, frutos secos, productos lácteos bajos en grasa, aceites saludables como el de canola o el de oliva, y un consumo reducido de carnes rojas, embutidos, frituras y bebidas azucaradas, se asocia con un menor riesgo de desarrollar placas arteriales peligrosas.