El herpes es causado por un virus que se multiplica en las células de la piel, creando vesículas llenas de líquido. Estas vesículas luego se secan y forman costras.
Sin embargo, el virus tiene la capacidad de infectar también las neuronas que inervan la zona afectada, y se traslada hacia el núcleo de estas células nerviosas. Una vez allí, el virus puede permanecer latente durante meses o años. La reactivación del virus se produce generalmente cuando el sistema inmunológico se debilita, por ejemplo, debido a estrés, cambios hormonales o exposición a factores ambientales como la temperatura o la radiación solar.
Este proceso es lo que causa que las lesiones de herpes aparezcan y desaparezcan en ciclos. Aunque el virus no se elimina por completo del cuerpo, su reactivación está controlada por el sistema inmune. Por tanto, las recaídas ocurren en momentos en los que el sistema inmunológico está menos capaz de mantenerlo inactivo.
Además, investigaciones recientes han sugerido que el herpes puede estar relacionado con enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Se ha encontrado ADN del virus en el cerebro de pacientes con Alzheimer, lo que sugiere que las infecciones por herpes podrían contribuir al desarrollo y la progresión de esta enfermedad, especialmente en personas con predisposición genética. Sin embargo, aún no se ha demostrado que el herpes cause Alzheimer de manera directa, aunque su presencia podría ser un factor que acelere el proceso.
En cuanto a los tratamientos, se están investigando antivirales como el aciclovir para ver si pueden reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas, aunque estos estudios aún están en fases preliminares.