La planta tratadora de Sabinas, un elefante blanco inoperable que agrava la contaminación local

La ingeniera Judith Flores denuncia el abandono y obsolescencia de plantas tratadoras de aguas negras en Sabinas y Rosita, agravando la contaminación regional.
La ingeniera Judith Alejandra Flores Aguilar, experta en gestión ambiental, alertó el 11 de junio en Sabinas sobre la obsolescencia y abandono de plantas tratadoras de aguas negras, cuyo mal funcionamiento afecta la calidad del agua en la cuenca Sabinas-Rosita y pone en riesgo la salud ambiental local.
Plantas tratadoras sin operación y obsolescencia técnica
La planta tratadora de Sabinas, inaugurada oficialmente en 2022, nunca ha entrado en operación real. Según Judith Flores, integrante del Consejo Ecológico de Participación Ciudadana (CEPASI), la infraestructura permanece en obra gris, sin bombas activas ni tratamiento efectivo. Este abandono se repite en otras plantas de la zona, como San Juan y Matamoros, donde se invirtieron entre 100 y 176 millones de pesos sin lograr su puesta en marcha.
Flores señala que la problemática va más allá de rehabilitar plantas: el drenaje regional está deteriorado y carece del caudal necesario para alimentar los sistemas de tratamiento. “De nada sirve instalar plantas si no hay drenaje que las alimente”, advierte.
Contaminación del río Sabinas y falta de regulación efectiva
Las aguas residuales que desembocan en el río Sabinas provienen de Rosita y otras zonas, y presentan altos niveles de contaminantes como aceites, diésel, fósforo y cianuros relacionados con actividades mineras e industriales. La escasez de caudal impide la dilución y el tratamiento adecuado, agravando la contaminación.
Además, los análisis ambientales de SEMA, CONAGUA y autoridades estatales no siguen la Norma Oficial Mexicana 001-2021 de SEMARNAT, generando datos sesgados y dificultando la evaluación del riesgo para actividades como pesca y recreación.
Falta de control y responsabilidad
El municipio multa con alrededor de 200 000 pesos mensuales por vertidos, pero existen descargas sin sanción desde instancias federales y empresas como Bomex, que carecen de pretratamiento industrial. La ausencia de transparencia sobre las operaciones dificulta la regulación ambiental.
Judith Flores hace un llamado urgente a implementar una visión integral que garantice drenaje funcional, monitoreo normativo riguroso y responsabilidad real de autoridades y empresas para mejorar la salud ambiental de la cuenca Sabinas.
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