Un estudio global reciente reveló que implementar una semana laboral de cuatro días puede hacer que los empleados sean más felices, productivos y comprometidos.
La investigación, publicada en Nature Human Behavior, mostró que los trabajadores que pasaron a una jornada laboral reducida al 80% de su horario habitual, manteniendo el mismo salario, experimentaron menos agotamiento, mayor satisfacción en el trabajo y mejoras tanto en su salud mental como física.
Juliet Schor, economista y socióloga del Boston College y coautora del estudio, señaló que los beneficios más notables se dieron en el ámbito laboral, especialmente en la reducción del agotamiento y el aumento de la satisfacción laboral, seguidos por una mejora en la salud mental. Los efectos en la salud física fueron menos significativos.
El estudio incluyó ensayos de seis meses con cerca de 2,900 empleados de 141 organizaciones de países como Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Reino Unido, Irlanda y Estados Unidos, las cuales adoptaron semanas laborales de cuatro días. Estos resultados se compararon con los de unos 290 trabajadores de 12 empresas que mantuvieron su horario tradicional.
En promedio, los empleados con semana laboral reducida trabajaron cinco horas menos por semana. Aquellos que lograron reducir ocho horas o más reportaron mayores beneficios en términos de bienestar, en comparación con quienes mantuvieron el horario completo.
Incluso quienes no obtuvieron tanto tiempo libre durante la semana laboral más corta, aún mostraron mejoras, aunque más modestas. Esto respalda una relación proporcional entre la reducción de horas y el incremento del bienestar, según los autores del estudio.
Las mejoras también se atribuyeron a un mejor descanso, mayor eficiencia en el trabajo y menor fatiga. Además, los investigadores observaron que la reorganización del trabajo derivada de la semana de cuatro días fortaleció la percepción de eficacia tanto individual como colectiva.
En conclusión, los hallazgos sugieren que reducir las horas laborales puede llevar a una optimización del trabajo y al fortalecimiento del bienestar general de los empleados. Sin embargo, los investigadores advirtieron que las empresas participantes ya estaban predispuestas a adoptar esta modalidad, por lo que podrían haber estado más comprometidas con el bienestar de sus equipos desde antes.
Por ello, recomiendan realizar más estudios con una variedad más amplia de empresas para confirmar que estos beneficios pueden replicarse en otros entornos laborales.